Juana Francisca Frémyot de Chantal
Juana Francisca Frémyot baronesa de
Chantal (Dijón, 23 de enero de 1572 - Moulins, 13 de diciembre de 1641) fue una
santa religiosa y mística francesa, cofundadora de la Orden de la Visitación de
Nuestra Señora. También es conocida simplemente como Santa Juana de Chantal o
Madame de Chantal.
Vida familiar
Nacida en una familia católica
ferviente de la aristocracia francesa, hija de Benigno Frémyot y de Margarita
de Barbissy. Su madre muere cuando ella contaba con 18 meses, quedando bajo la tutela
de su padre y su abuelo materno y educada por su hermana mayor. La reciedumbre
y la militancia de su padre en el bando católico, durante las Guerras de
Religión, es la mayor influencia de su niñez: recibe una formación muy completa
y desde su infancia se destaca por su vida piadosa. En 1593 contrae matrimonio
con el barón de Chantal, Christopher II, a quien da, durante los siete años
siguientes, seis hijos, aunque dos de ellos murieron durante la infancia. Forma
una familia armoniosa, en la que se viven los ideales católicos; a pesar de las
separaciones por la participación del barón en las Guerras de Religión. Pero,
en 1601, el barón de Chantal es herido durante una cacería por el señor
D'Aulézy, y, tras nueve días de sufrimiento en manos de un mal médico, muere,
dejando viuda a Juana, quien se traslada a pasar el año del luto en Dijón, a
casa de su padre. Pero su suegro le exige que se traslade con sus hijos al
castillo de Monthelon perteneciente a la Baronía de Chantal, cerca de Autun. El
viejo Señor la somete a continuas vejaciones, pero la joven viuda siempre le
estuvo sometida, mostrándole agradecimiento y llenando su castillo de alegría
familiar.
Su encuentro con Francisco de Sales
Encuentro de San Francisco de Sales
con Madame de Chantal, vidriera de la Basílica de la Visitación, en el
monasterio de Annecy, Alta Saboya.
Durante la cuaresma de 1604 viaja a
Dijón junto a su suegro a visitar a su padre, y allí escucha la prédica de
Francisco de Sales, obispo de Ginebra, quien cena frecuentemente en casa de
Benigno Frémyot y ahí se gana, poco a poco, su confianza. El obispo se siente
profundamente impresionado por la piedad de Juana. Desde ese momento, Francisco
de Sales se convierte en su director espiritual, y, por su consejo, Juana modera
sus devociones y actos piadosos para poder cumplir con sus obligaciones como
madre, hija y nuera. Esta es la base de la espiritualidad salesiana, y su
plasmación más perfecta está en la vida de Madame de Chantal, de quien se dice
que era «capaz de orar todo el día sin molestar a nadie». Además, atiende a
enfermos pobres y se modera mucho en mortificaciones corporales: san Francisco
de Sales no permite a su dirigida que olvide que está en el mundo, que tiene un
padre anciano y, sobre todo, que es madre; con frecuencia le habla de la
educación de sus hijos y modera su tendencia a ser demasiado estricta con
ellos.
La fundación de la Orden de la
Visitación
Madame de Chantal tiene desde joven
una especial querencia por la vida contemplativa, así que, cuando, en 1607, san
Francisco de Sales le expone su proyecto de fundar una nueva congregación,
Juana lo acoge con gran alegría, dividiendo su corazón, ya que tiene una
intensa vida familiar. El obispo le recuerda que sus hijos ya no eran niños y
que desde el claustro podría velar por ellos. Juana Francisca casa a su hija
mayor con el barón de Thorens, hermano de san Francisco de Sales, y se lleva
consigo al convento a sus dos hijas menores; la primera muere al poco tiempo y
la segunda se casa más tarde con el señor de Toulonjon. Celso Benigno, el hijo
mayor, quedó al cuidado de su abuelo paterno y de varios tutores. El primer
convento de la Orden de la Visitación de Nuestra Señora es inaugurado en 1610
en Annecy (Saboya). Junto a Juana Francisca están dos damas, María Favre y
Carlota de Bréchard, y una sirvienta llamada Ana Coste, y en ese mismo año
crecen en número hasta la docena de religiosas. El primitivo carisma de la
nueva orden es una gran novedad: debía servir de refugio a quienes no podían
ingresar en otras congregaciones y las religiosas no debían vivir en clausura
para poder consagrarse de la nueva familia religiosa debía ser el de visitar y
asistir a los enfermos pobres en su domicilio, uniendo la vida activa a la vida
contemplativa. La oposición del arzobispo de Lyon, al cabo de algunos años,
obligó a los dos fundadores a aceptar la clausura para las religiosas y Juana y
Francisco redactan (1618) la regla de la orden, basada en la de San Agustín,
con unas constituciones muy novedosas que convierten a la humildad y a la
mansedumbre en la base de su observancia: «En la práctica, la humildad es la
fuente de todas las otras virtudes; no pongáis límites a la humildad y haced de
ella el principio de todas vuestras acciones, y mantiene el nombre de
Congregación de la Visitación de Nuestra Señora. Las Constituciones son
aprobadas por la Santa Sede en 1626.
La espiritualidad de la Visitación
Se convierte en la primera superiora,
y para la atención de su vida interior y de sus hermanas, Francisco de Sales
compone el Tratado del amor de Dios: un método de oración simple y natural,
compatible con cualquier circunstancia personal basado en la correspondencia espiritual
entre los dos santos y en las experiencias místicas de Juana. Pero la vida
conventual de la nueva superiora es muy ajetreada: deja frecuentemente Annecy,
tanto para fundar nuevos conventos en Lyon, Moulins, Grénoble y Bourges, como
para cumplir con sus obligaciones de familia. En 1619 funda el monasterio de
París, donde reside los tres años siguientes. Allí se somete a la dirección
espiritual de san Vicente de Paúl y conoce Angélica Arnauld, abadesa de
Port-Royal, quien renuncia a su cargo e ingresa en la Congregación de la
Visitación.
Últimos años
En 1622 muere Francisco de Sales y es
sepultado en el convento de la Visitación de Annecy; y en 1627, su hijo Celso
Benigno perece en el campo de batalla y deja viuda y una hija de un año, que
con el tiempo sería la célebre Madame de Sévigné. A partir de este momento,
toma como director espiritual a san Vicente de Paúl. En 1628 se desata una
epidemia que asuela Francia, Saboya y Piamonte. Juana no abandona su monasterio
de Annecy y pone a disposición del pueblo todos los recursos de su convento,
participando la comunidad en la atención de los enfermos. Ella misma es
contagiada, pero cura milagrosamente. A estas desgracias se añade la sequedad
espiritual que sufre, pero no abandona. Entre 1635 y 1636 visita todos los
conventos de la Visitación, que eran ya sesenta. En 1641 se traslada para ver a
Madame de Montmorency y la reina Ana de Austria en París. Durante el viaje de
vuelta a Annecy cae enferma de pulmonía y fallece en el convento de Moulins el 13
de diciembre de 1641. Su cuerpo es trasladado a Annecy y sepultado cerca del de
san Francisco de Sales. A su muerte la orden que fundara, cuenta con ochenta y
seis conventos.
Es beatificada por Benedicto XIV en
1751 y canonizada por Clemente XIII en 1767. Su fiesta se celebra el 12 de
agosto.Su fiesta se celebraba hasta 1962 el 21 de agosto, después hasta 2001
fue el 12 de diciembre, que fue cambiado para no coincidir con la virgen de
Guadalupe, patrona de América.
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