SANTA LIDIA
(fin del siglo primero) nació en Thyatira, Frigia, la actual Akhisar, en
Turquía.
Santa Lidia
tuvo la dicha de ser la primera persona que recibió el bautismo en el
continente europeo.
En el primer
siglo de nuestra era, Thyatira tenía fama por los teñidos de tela que se
realizaban ahí, industria de gran lujo en esa época. Especialmente valiosa y
sumamente cara era la púrpura, tintura que se extraía de un molusco particular,
muy poco abundante.
En una de
las más acaudaladas familias de Thyatira nació Santa Lidia, quien con el tiempo
se convirtió en una próspera comerciante de púrpura.
Hacia la
época en que conoció a San Pablo, Santa Lidia estaba instalada en Filipos,
ciudad en ruinas en la actual Krinides, Macedonia, y ahí fue donde lo recibió y
donde él le transmitió la nueva fe en Cristo Jesús.
La tradición
destaca la piedad y la hospitalidad de Santa Lidia, quien convirtió su casa en
el centro comunitario de la congregación cristiana de Filipos.
A pesar de
su extraordinaria riqueza, Santa Lidia fue siempre desprendida y generosa, y
supo utilizar sus caudales con sabiduría, promoviendo obras en beneficio de los
demás, y en particular la de la difusión de la naciente religión de Jesús.
Su vida se
nos presenta como la primera semilla del cristianismo en Europa. Santa Lidia es
la santa patrona de los tintoreros.
SANTA LIDIA
nos enseña que el valor de la riqueza no está en cuánta se tiene, sino en cómo
se emplea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario