5 de Abril
San Marcos
Evangelista
San Marcos EvangelistaSegún tradición
eclesiástica, Marcos, llamado también Juan Marcos o simplemente Juan, es el
autor de un evangelio y el intérprete que traducía a Pedro en sus predicaciones
frente a auditorios de habla griega. Era hijo de una cierta María, cuya casa de
Jerusalén estaba abierta a la primitiva comunidad Cristiana. Primo de Bernabé,
probablemente fuera como él de estirpe sacerdotal. Afirma por una parte la
tradición que Marcos nunca habría oído personalmente la predicación del Señor,
pero por otra muchos han querido descubrirlo en aquel muchacho que huyó desnudo
en el huerto de Getsemaní, episodio que sólo el evangelio a él atribuido
refiere. Tal vez haya conocido al grupo de seguidores sin llegar a ser
propiamente discípulo.
Al comenzar
la expansión del evangelio, Pablo y Bernabé salieron de Jerusalén hacia
Antioquía llevando con ellos a Marcos; éste los acompañó en sus primeras
empresas misionales, a Chipre y Perges, de donde regresó por causas
desconocidas.
Bernabé,
deseoso de llevar nuevamente a Marcos
con ellos cuando el apóstol planeaba su segundo viaje, encontró la oposición de
Pablo, que partió solo. Marcos siguió, pues, a Bernabé una vez más hasta
Chipre. Sin embargo, Marcos reaparece junto a Pablo en Roma, pero es creencia
que fue más bien discípulo de Pedro, quien confirma esta suposición al llamarlo
"hijo" suyo en su primera carta. El evangelio que se le atribuye,
además, sigue muy de cerca el esquema de los discursos de Pedro que nos ha
conservado el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Nada sabemos
de su existencia posterior. La segunda carta a Timoteo lo señala entre los
compañeros de este discípulo de Pablo;
conforme a un dato que recoge el historiador Eusebio de Cesarea (a comienzos
del siglo IV), la Iglesia de Alejandría lo habría tenido por fundador. Sus
últimos años y el lugar de su muerte nos son desconocidos.
San Marcos EvangelistaEl breve relato que
lleva su nombre descubre un espíritu observador y ágil. Sólo Marcos, por
ejemplo, destaca el verdor de la hierba sobre la que Jesús hizo sentar a la
muchedumbre hambrienta antes de multiplicar los panes y los pescados por
primera vez.
Las grandes
líneas de su evangelio, en tanto, trasuntan una profunda credibilidad histórica
y demuestran singular valor teológico.
Marcos comienza por presentar a Jesús bien recibido por la gente, pero pronto
su humilde mesianismo, tan alejado de las reivindicatorias expectativas
populares de los judíos, ocasiona la decepción de la masa; apagado el
entusiasmo primerizo, el Señor se retira de Galilea para dedicarse de lleno a
la instrucción de los discípulos,
quienes por boca de Pedro confiesan la divinidad de su Maestro. A partir de
este reconocimiento de Cesarea, todo el relato se orienta a Jerusalén; en la
ciudad santa, finalmente, la oposición crece y culmina en el juicio inicuo y la
pasión, que alcanza su victoriosa respuesta cuando Cristo abandona su tumba, de
acuerdo con lo que había profetizado de si mismo.
El secreto
mesiánico, del que Marcos hace un tema central, da así todo su fruto: Jesús,
siervo humillado por la maldad y la ignorancia de los hombres que él había
venido a rescatar, es exaltado por Dios, como ha de serlo todo el que a él se
una de corazón y lo siga en el camino, el único que permite comprender esa "Buena
Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios" que Marcos nos ha trasmitido en un
lenguaje popular, muchas veces incorrecto en la forma, pero vivaz y lleno de
encanto
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