24 de enero
San Francisco de Sales
Obispo, patrono de los periodistas
(1567-1622)
Obispo, patrono de los periodistas
(1567-1622)
Se dice que escribía de día hojas
clandestinas y la metía por debajo de las puertas, de noche. Por esa razón, se
ganó el premio "patrono de los periodistas".
Escribía como un ángel. De forma, que
los franceses lo tienen entre sus clásicos de literatura.
Montañés de cuerpo entero, nacido en
los Alpes, en el castillo saboyano de Sales. Familia exquisita. Le llevan a
estudiar a la universidad de París. Luego a Padua. Canónigo de Annecy, obispo
auxiliar de Ginebra, líder de debates con los protestantes, apóstol de la
región de Chablais. Vuelve a París, trata con san Vicente de Paul, en todas
partes se le recibe con entusiasmo.
Hay un libro: "Introducción a la
vida devota", cuarenta ediciones en vida del autor, y en aquello tiempos.
Un libro utilizado muchísimo tiempo como lectura espiritual.
"¿No es una barbaridad -decía
él- querer desterrar la vida devota del cuartel de los soldados, del taller de
los artesanos, del palacio de los príncipes, del hogar de los casados?"
Hay una amistad que no se puede
olvidar: la que mantuvo con Juana Chantal; con ella fundó la Orden de la
Visitación.
Una virtud: la dulzura de este
hombre, de quien dicen que en su juventud tenía tan mal genio.
Respecto a esto, es una constante en
la biografía de todo santo su lucha ascética a fin de aumentar su capacidad de
autodominio. Pero para demostrar que esta virtud no se consigue de la noche a
la mañana, he aquí un detalle precisamente referida a nuestro santo.
Se cuenta que al hacerle al autopsia,
le encontraron su hígado endurecido como un piedra. Esto se explica por la
enorme violencia que tuvo que hacerse este hombre de fuerte carácter para
hacerse y aparecer amable, delicado y bondadoso en el trato.
Esa dulzura de la que hablamos antes,
no le fue fácil conseguirla.
San Francisco de Sales escribió:
"No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros
hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y
sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto
des en tu corazón entrada al enojo"
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