18 de Marzo
San Cirilo de Jerusalén
Doctor de la
Iglesia
(año 386)
Jesús es bajado de la CruzSan Cirilo nació
cerca de Jerusalem y fue Arzobispo de esa ciudad durante 30 años, de los cuales
estuvo 16 años en destierro. 5 veces fue desterrado: tres por los de extrema
izquierda y dos por los de extrema derecha.
Era un
hombre suave de carácter, enemigo de andar discutiendo, que deseaba más
instruir que polemizar, y trataba de permanecer neutral en las discusiones.
Pero por eso mismo una vez lo desterraban los de un partido y otra vez los del
otro.
Aunque los
de cada partido extremista lo llamaban hereje, sin embargo San Hilario (el
defensor del dogma de la Santísima Trinidad) lo tuvo siempre como amigo, y San
Atanasio (el defensor de la divinidad de Jesucristo) le profesaba una sincera
amistad, y el Concilio general de Constantinopla, en el año 381, lo llama
"valiente luchador para defender a la Iglesia de los herejes que niegan
las verdades de nuestra religión".
Una de las
acusaciones que le hicieron los enemigos fue el haber vendido varias posesiones
de la Iglesia de Jerusalem para ayudar a los pobres en épocas de grandes
hambres y miserias. Pero esto mismo hicieron muchos obispos en diversas épocas,
con tal de remediar las graves necesidades de los pobres.
El emperador
Juliano, el apóstata, se propuso reconstruir el templo de Jerusalem para
demostrar que lo que Jesús había anunciado en el evangelio ya no se cumplía.
San Cirilo anunció mientras preparaban las grandes cantidades de materiales
para esa reconstrucción, que aquella obra fracasaría estrepitosamente. Y así
sucedió y el templo no se reconstruyó.
San Cirilo
de Jerusalem se ha hecho célebre y ha merecido el título de Doctor de la
Iglesia, por unos escritos suyos muy importantes que se llaman "Catequesis".
Son 18 sermones pronunciados en Jerusalem, y en ellos habla de la penitencia,
del pecado, del bautismo, y del Credo, explicándolo frase por frase. Allí
instruye a los recién bautizados acerca de las verdades de la fe y habla
bellísimamente de la Eucaristía.
En sus
escritos insiste fuertemente en que Jesucristo sí esta presente en la Santa
Hostia de la Eucaristía. A los que reciben la comunión en la mano les aconseja:
"Hagan de su mano izquierda como un trono en el que se apoya la mano
derecha que va a recibir al Rey Celestial. Cuidando: que no se caigan pedacitos
de hostia. Así como no dejaríamos caer al suelo pedacitos de oro, sino que los
llevamos con gran cuidado, hagamos lo mismo con los pedacitos de Hostia
Consagrada".
Al volver de
su último destierro que duró 11 años, encontró a Jerusalem llena de vicios y
desórdenes y divisiones y se dedicó con todas sus fuerzas a volver a las gentes
al fervor y a la paz, y a obtener que los que se habían pasado a las herejías
volvieran otra vez a la Santa Iglesia Católica.
A los 72
años murió en Jerusalem en el año 386.
En 1882 el
Sumo Pontífice lo declaró Doctor de la Iglesia.
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