Pedro Crisólogo
Pedro, llamado Crisólogo (que
significa 'palabra de oro'), (380 o 406-450) sacerdote italiano, arzobispo de
Rávena (433-450), santo, Padre de la Iglesia y proclamado Doctor de la Iglesia
por el papa Benedicto XIII en 1729. Nació en la ciudad de Imola, en la Emilia,
en una fecha indeterminada, entre 380 y 406. Su padre había sido obispo de su
ciudad y, tras su muerte, fue bautizado y educado por el nuevo obispo, Cornelio
de Imola. Su educación concluye con su ordenación como diácono hacia el 430.
Su vida cambió, según el Liber
pontificalis ecclessi ravennatis, del historiador eclesiástico Agnellus (siglo
IX) en 433, cuando murió Juan, el metropolitano (arzobispo) de Rávena, y el
pueblo y el clero de la ciudad imperial (Rávena era la residencia del emperador
de Occidente, Valentiniano III y de su madre, Gala Placidia), pidieron a
Cornelio de Imola que encabezara una delegación ante el papa Sixto III para que
este confirmara al candidato elegido. La noche anterior a la llegada de Pedro y
Cornelio a Roma el Papa había tenido un sueño en el que los santos Pedro y
Apolinar (primeros obispos de Roma y Rávena, respectivamente) le pidieron que
no confirmara al obispo electo. Sixto III nombró entonces al joven acompañante
de Cornelio como nuevo arzobispo, lo ordenó y consagró. El trasfondo de esta
leyenda hay que buscarlo en las relaciones personales del joven Pedro -estimado
por Valentiniano III, confidente de Gala Placidia y amigo del futuro papa León
I Magno- y de la precaria situación de la diócesis de Rávena, que necesitaba un
pastor capaz y de confianza para que pusiera freno a las disputas doctrinales,
a la superstición y a las malas costumbres.
Fue recibido con indiferencia por el
pueblo y con recelo por el clero de su diócesis. Pero esta situación cambió al
poco tiempo, en la que Pedro comenzó a ser conocido por su vida recta, su clara
doctrina y su fidelidad al Papa y a la Iglesia. De hecho, su fama superó
rápidamente los límites de su diócesis y comienza a ser conocido en todo el
orbe cristiano con el apelativo de Crisólogo (de la misma manera como en
Oriente se conocía a Juan Crisóstomo (que significa 'Boca de Oro'), y sus
sermones y epístolas comenzaron a difundirse por todo el Imperio.
Se le atribuyen 725 sermones, algunos
de ellos de autenticidad discutible, aunque en los dos últimos siglos se han
descubierto otros inéditos o perdidos. La mayor parte tienen contenido
apologético y moral; esta cuestión es curiosa, ya que el santo vivió inmerso en
las querellas cristológicas, y sólo algunos de sus textos tratan el tema de la
Encarnación del Verbo, en los que presenta la postura ortodoxa y refuta las
diversas herejías de la época: el arrianismo, el nestorianismo y el
monofisismo. Se sabe que Eutiques, en sus primeros enfrentamientos con el
Patriarcado de Constantinopla (499), consultó a Pedro Crisólogo, y su respuesta
ortodoxa se encuentra en el epistolario de León I Magno. El grupo más
importante de sermones está orientado a la formación de los catecúmenos, antes
de recibir el Bautismo: así, siete de ellos son explicaciones del Símbolo
(Sermones 56-62) y otros tantos son comentarios de la oración dominical
(Sermones 77-82). El resto son homilías breves para el comentario de la
Sagradas Escrituras leídas durante los oficios litúrgicos, con contenido
fundamentalmente moral.
Murió en su ciudad natal, en Imola,
cercana a Rávena, en 450, y su fama de santidad se fijó al poco tiempo, siendo
reconocidas sus virtudes por el propio papa León I.
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