Miércoles de
Ceniza
"Acuérdate de que eres polvo y
al polvo volverás."
(Gén 3,19)
"Rasgad vuestros corazones, no
vuestras
vestiduras, y convertíos a Yahvé,
vuestro
Dios, que es clemente y
misericordioso."
(Jl 2, 13)
REFLEXIÓN
El uso litúrgico de las cenizas se
originó en tiempos del Antiguo Testamento. Las cenizas simbolizaban luto,
mortandad y penitencia. En el Libro de Ester, Mardoqueo se viste de tela de
saco y se cubre de cenizas cuando supo del edicto del Rey Asuro que ordenaba el
exterminio por la espada de los judíos, en todas las provincias de su reino
(Est 4:1). Job hace penitencia con polvo y cenizas (Job 42:6). Daniel,
profetizando el destierro babilonio de Jerusalén, escribe: "Volví mi
rostro al Señor, Dios, buscándole en oración y plegaria, en ayuno, saco y
ceniza." (Dan 9:3) En el Evangelio de San Mateo leemos que Jesús menciona
el uso de las cenizas: "Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los
milagros realizados en ti, muchos ha que en saco y ceniza hubieran hecho
penitencia" (Mt 11:21). En la Edad Media, los sacerdotes bendecían los
moribundos con agua bendita, diciendo: "Acuérdate de que eres polvo y al
polvo has de volver."
La Iglesia adaptó el uso de las
cenizas para señalar el comienzo de la temporada penitencial de Cuaresma,
cuando recordamos nuestra mortandad y lamentamos nuestros pecados. En la
presente liturgia para el Miércoles de Ceniza, utilizamos las cenizas sacadas
de las palmas que habían servido el año anterior para la procesión del Domingo de
Ramos. El sacerdote bendice las cenizas y las impone en la frente de los
creyentes, haciendo la señal de la cruz y diciendo: "Acuérdate de que eres
polvo y al polvo volverás", o "Convertíos y creed en el
Evangelio". Al comenzar esta santa temporada de Cuaresma en preparación
para la Pascua de Resurrección, debemos recordar el significado de las cenizas
que hemos de recibir: Lamentamos y hacemos penitencia por nuestros pecados.
Volvemos nuestros corazones nuevamente al Señor, que sufrió, murió y resucitó para
nuestra salvación. Renovamos las promesas que hicimos en el bautismo, momento
en el cual murió nuestra vida pasada y nacimos a una nueva vida en Cristo.
Finalmente, conscientes que el reino de este mundo pasará, nos esforzamos en
vivir el reino de Dios ahora y miramos con santa esperanza a su plenitud en el
cielo.
MÁS SOBRE LAS CENIZAS (artículo)
ORACIÓN:
Oh Dios, que te dejas vencer por el
que se humilla y encuentras agrado en quien expía sus pecados; escucha
benignamente nuestras súplicas y derrama la gracia de tu bendición sobre estos
siervos tuyos que van a recibir la ceniza, para que, fieles a las prácticas
cuaresmales, puedan llegar, con el corazón limpio, a la celebración del
misterio pascual de tu Hijo. Que vive y
reina por los siglos de los siglos. Amén.
EL MIÉRCOLES DE CENIZA ES UN DÍA
DE AYUNO Y ABSTINENCIA.
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