San Cesáreo
de Nacianzo, (h. 331- 368) fue un destacado médico y político. Es conocido por
ser el hermano menor de Gregorio Nacianceno. Está reconocido como santo por la
Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Católica.
Biografía
El hijo
menor de Gregorio el Viejo, obispo de Nacianzo, y su esposa Nonna, Cesáreo
nació en la villa familiar de Nacianzo. Probablemente estudió en Cesarea Mazaca
en Capadocia preparándose para las escuelas de élite de Alejandría en Egipto;
allí sus estudios favoritos fueron geometría, astronomía y especialmente
medicina. En esta última ciencia destacó respecto a todo el resto de
estudiantes.
Alrededor de
355 llegó a la capital imperial, Constantinopla y ya había ganado gran
reputación por su habilidad médica, cuando su hermano Gregorio, en dirección al
hogar desde Atenas, apareció allí, alrededor del año 358. Cesáreo sacrificó un
puesto bien remunerado y honorable para regresar con Gregorio junto a sus
padres. Pronto se demostró que la capital lo atraía profundamente, y con el tiempo
se convirtió en un eminente doctor en la corte bizantina de Constancio II y,
con gran pesar por parte de su familia, de Juliano. Juliano fracasó en sus
esfuerzos por ganárselo para el brevemente restaurado paganismo. Cesáreo, que
apreciaba más su fe que el favor imperial, acabó abandonando la corte, pero
regresó a Constantinopla después de la muerte de Juliano en 363.
Con el
emperador Valente, Cesáreo fue cuestor de Bitinia, un cargo que incluía
tesorería y recolección de impuestos.1 Después de escapar de un terremoto que
sacudió Nicea (11 de octubre de 368), San Basilio le escribió, rogándole que
dejara su posición política y la abandonara para seguir una vida religiosa.2
Sin embargo, Cesáreo resultó muerto repentinamente por la extensión de la plaga
que siguió al terremoto, poco después de haber recibido el bautismo, que él,
como muchos otros de la época, había demorado hasta el final de su vida.
Después de su muerte, su gran patrimonio fue rápidamente saqueado por
sirvientes y acreedores.3 Su hermano Gregorio insistió en que lo que quedara de
la finca se distribuyera entre los pobres y los parientes que quedaban vivos.
Sus restos fueron enterrados en Nacianzo, donde su hermano pronunció la oración
fúnebre en presencia de sus padres. En la oración «Oh, su hermano: san
Cesáreo», Gregorio retrata a su hermano como un modelo cristiano y asceta,
proporcionando la principal fuente de detalles de su vida y estableciendo las
bases para su eventual canonización.4
Su moderno
biógrafo, John McGuckin sostiene que mientras Cesáreo y su hermano Gregorio
estaban muy próximos, tenían caracteres muy diferentes. Mientras Gregorio
perseguía una vida religiosa, su hermano, más vivaz y sociable, estaba muy
cómodo en el mundo de la política bizantina.5 Los dos eran figuras complementarias;
Gregorio se fiaba de su hermano para que le guiase a través de las
tribulaciones, mientras que Cesáreo animó los intereses literarios y retóricos
de su hermano.5
La
afirmación de que este Cesáreo era el mismo que Cesáreo, Prefecto de Constantinopla,
que en 365 fue enviado a prisión por Procopio, se basa en una suposición que
hizo Jacques Godefroy (1587-1652), el editor del Código Teodosiano (Lyon,
1665), y no en ningún fundamento histórico sólido.
Los cuatro
Diálogos de 197 preguntas y respuestas que tradicionalmente se atribuyen a
Cesáreo y que pueden encontrarse en Migne, Patrologia Graeca, XXXVIII,
851-1190, difícilmente pueden provenir de su pluma, debido a su naturaleza,
contenidos y anacronismos. En general se supone que son espurias.
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