Elías
Profeta
Año 850 AC
Señor Dios:
síguenos enviando muchos profetas que, como Elías, anuncien tus mensajes y
luchen valientemente contra el pecado y las falsas enseñanzas de los enemigos
de la religión.
Elías
significa: "Mi Dios es Yahvé". (El = Dios. IA = Yahvé).
En contraposición
a un montón de falsas divinidades que el pueblo ignorantemente estaba adorando,
suscitó Dios a un gran profeta para que recordara a su pueblo que sólo hay un
Dios y que ese Dios es Yahvé (Este es el nombre que Dios se dio a sí mismo
cuando Moisés le preguntó: ¿Cuál es tu nombre?". Y el Señor le respondió
"Mi nombre es Yahvé, que significa: Soy el que soy. Yo hice a todos, y a
mí nadie me hizo"(Exodo 3,14). Ese fue pues el oficio de Elías: tratar de
convencer a los israelitas de que sólo hay un Dios y que ese Dios es Yahvé, el
Creador de cielos y tierra.
La historia
del profeta Elías está en la S. Biblia en el Libro Primero de los Reyes
capítulos 17 al 21, y en el segundo Libro de los Reyes, capítulos 1 y 2. Ojalá
la leamos en nuestra Biblia. Es la siguiente:
Reinaba en
Israel Acab, un hombre de débil voluntad que se dejaba dominar por su esposa
Jezabel, que era pagana y extranjera y deseaba imponer entre el pueblo la
religión de los falsos dioses. Esta mujer perversa hizo asesinar a los profetas
y sacerdotes del Dios verdadero, de los cuales solamente se salvaron de la
muerte unos cien a quienes escondió en cavernas Abdias, el mayordomo del rey, y
los alimentó durante la época de máximo peligro. Elías se libró de la muerte
huyendo a su tierra natal, al otro lado del Jordán, y yéndose después a una
ciudad fenicia, llamada Sarepta.
Pero cuando
parecía que ya Jezabel iba a lograr destruir por completo la verdadera religión
en Israel, entra en escena el gran campeón del a religiosidad, Elías, y empieza
el combate total entre las fuerzas del bien y las del mal.
Elías
aparece de repetne en pleno reinado de Acab, para anunciar, que como un castigo
por haber abandonado la verdadera religión, vendrá sobre la nación un verano de
tres años seguidos. Y en efecto deja de llover durante 36 meses y el hambre y
la sed hacen estragos.
Por orden de
Dios, Elías se retira a vivir a una cueva junto a una fuente de agua. Allá los
cuervos le llevan pan por la mañana y carne por la tarde, El profeta viste
pobremente: una tosca piel de camello y una correa (así vestirá más tarde Juan
Bautista). Cuando la fuente de agua se secó, Dios le ordenó que se fuera a
vivir a una ciudad extranjera, llamada Sarepta.
Al llegar a
Sarepta se encuentra con una viuda que está recogiendo leña para cocinar. Él le
dice: "por favor: tráigame un poco de agua y un pan". Ella le
respondió: No tengo sino un poquitito de harina y una migaja de aceite. Voy a
hacer un pan para mi hijo y yo, y después nos moriremos de hambre".
Elías le
dijo: "Haga un pan para mí, y ya verá que la harina no se le acabará en su
artesa, ni el aceite en su vasija, hasta el día en que vuelva a llover sobre la
tierra". La mujer hizo lo que el profeta le mandaba, y sucedió como le
había anunciado: ni la harina se acabó en su artesa, ni el aceite se disminuyó
en su vasija, durante todos esos meses de escasez. Y así pudo alimentar a su
hijo y al profeta.
El primer
caso de un resucitado, que se narra en la S. Biblia, sucedió en tiempos del
profeta Elías. El hijo de la viuda que lo hospedaba se enfermó gravemente y se
murió. La pobre mujer desconsolada le reclamó al profeta el por qué le tenía
que suceder a ella tan grande desgracia. Elías se dedicó a rezar con toda fe
junto al cadáver del niño y Dios resucitó al muerto. La madre del jovencito, al
ver a su hijo vivo otra vez, exclamó: "Ahora sé que eres un hombre de Dios
y que en verdad Yahvé habla por tus labios".
Elías hizo
que el rey Acab reuniera a todo el pueblo de Israel, junto al Monte Carmelo y
también a los 450 profetas del falso dios Baal. Y estando todos allí reunidos
les hizo este desafío: "Vamos a poner dos altares. En el uno estarán los
sacerdotes de Baal. Y en el otro estaré yo en nombre de Yahvé. Y ellos
invocarán a Baal para que envíe fuego del cielo y queme sus ofrendas. Y yo
invocaré a Yahvé. Y el que responda, ese es el verdadero Dios. Y descendió
fuego del cielo y consumió todo el sacrificio que él había colocado en el altar
(y eso que el profeta había hecho inundar con mucha agua todos los alrededores
de su altar, para que no fuera fácil allí quemar nada). El pueblo emocionado
ante este milagro, acabó con todos los sacerdotes del falso dios Baal.
Cuando la
malvada reina Jezabel supo que habían acabado con los sacerdotes de su falso
dios Baal, dio orden a la policía de que asesinara a Elías. Y este tuvo que
salir huyendo por el desierto, para salvar la vida. Y le sucedió que entonces
tuvo una gran depresión de ánimo y deseó morirse. Pero Dios le envió un ángel
que le trajo un pan y una jarra de agua, y con este alimento tuvo fuerzas para
andar 40 días por el desierto hasta llegar al Monte Horeb o Sinaí y esconderse
allí.
Y estando
allí en el Monte Santo sintió que Dios se le iba a aparecer. Y llegó un
violento huracán, pero allí no iba Dios. Y sucedió un espantoso terremoto, pero
ahí no estaba Dios. Y vino un fuego devorador, y allí tampoco llegaba Dios. En
seguida sintió una suave brisa, y ahí sí venía Dios. Y el Señor mandó a Elías
que volviera otra vez a Israel y que consagrara a Eliseo como su sucesor, y a
Jehú como nuevo rey. Y desde aquella aparición, aprendió el gran profeta a no
ser violento (como el huracán) ni duro (como el terremoto) ni asustador (como
el fuego) sino suave y amable (como la brisa).
El rey Acab
deseaba conseguir una finca que le agradaba, pero Nabot, su dueño, no se la
quería vender porque era la herencia muy amada de sus padres. Entonces la reina
Jezabel hizo asesinar a Nabot y el rey se apoderó de la finca. Elías se
presentó y le anunció que por haber cometido semejante crimen, todos los hijos
varones del rey Acab serían asesinados, y que a Jezabel se la comerían los
perros.
Ajab se
asustó mucho y empezó a hacer penitencia. Entonces Dios le avisó a Elías que
por esas demostraciones de arrepentimiento, los castigos no llegarían sino
cuando el rey ya se hubiera muerto. Y así sucedió. Muerto Ajab, fue nombrado
rey un general llamado Jehú el cual hizo asesinar a todos los hijos del difunto
rey, y mandó echar desde un balcón hasta el piso de la calle a Jezabel, y allí
la devoraron los perros.
El profeta
nombró como su sucesor a Eliseo y fue avisado por Dios de que iba a ser llevado
al cielo. En compañía de Eliseo llegó al río Jordán y lo tocó con su manto, y
el río se abrió en dos y pasaron al otro lado sin mojarse los pies.
Eliseo le
pidió como último favor: "Que me pase a mí lo más importante de tu
espíritu" (de tus poderes y de tus cualidades). Elías le dijo: "Si me
ves cuando suba al cielo se te concederá lo que has pedido".
Y llegó un
carro de fuego y se llevó a Elías al cielo. Eliseo lo vio mientras subía por
las nubes, y se le transmitieron a él las cualidades y los poderes de Elías, y
empezó a hacer milagros.
Retrato
bíblico
Es imposible
intentar encerrar en cuatro páginas la personalidad y obra de este gran
Profeta.
Leyendo las
pocas páginas que nos hablan de él: 1 Reyes, cap. 17-19,21, y 2 Re 1-2, podemos
intentar descubrir sus rasgos principales. He aquí algunos:
El hombre
ante Dios: Aparece con frecuencia la expresión "el Señor a quien
sirvo" o "ante el que estoy"; Elías no comparte con nadie su
culto y quiere que el pueblo haga lo mismo.
Llevado por
el Espíritu: Ved la respuesta tan sabrosa de Abdías en 1 Reyes 18,12. De ahí es
de donde procede la fuerza del alma de Elías y de su libertad interior.
Su fe sin
divisiones: Cuando el sacrificio del Carmelo (1 Re 18), intenta forzar al
pueblo a elegir entre el Dios vivo, personal, que interviene en la historia, y
las fuerzas naturales divinizadas, los baales. Como nosotros, Elías cree sin
ver; porque Dios se lo pide, anuncia la llegada de la lluvia..., pero sin verla
venir (1 Re 18,41 s).
Su intimidad
son Dios: Su visión de Dios (1 Re 19), como la de Moisés (Ex 33,18s), es el
modelo de la vida mística: es todo lo más que se le concede ver al hombre. Pero
Elías sigue siendo un hombre como nosotros, desalentado, miedoso (19,ls). El
versículo 19,12 debe traducirse: "Se oyó el ruido de un silencio":
Dios no está en las fuerzas de la naturaleza divinizadas, sino que es el Dios
oculto. En su oración -lo mismo que Moisés-Elías no cae en efusiones místicas,
sino que habla a Dios de su misión.
De ensorde
los pobres: Ante el rey y los poderosos, defiende al pobre (1 Re 21).
Su
universalismo:Como cree en Dios sin divisiones y se deja conducir por el
Espíritu, es libre para tratar con los paganos (1 Re 17); pero también a la
mujer pagana le pide una fe incondicional (17, 13).
Las
llorecillas de Elías (2 Re 1): Este relato popular, lo mismo que presentarán
luego a Eliseo, contribuirá, por desgracia, a hacer de Elías un personaje
justiciero que pide el fuego del cielo contra los pecadores.
La
ascensi6nde Elías (2 Re 2). Como no se conocía su tumba, se llegó a pensar
seguramente que había sido llevado junto a Dios. Lucas se inspirará en este
texto para su relato de la ascensión de Jesús (Hech 1,6-11); Eliseo, que ve a
Elías en su ascensión, recibirá su espíritu para continuar su misión, lo mismo
que los discípulos recibirán el Espíritu de Jesús por haberlo visto elevarse.
Retrato
hecho por los hombres
Nos
limitamos al que nos pintan dos célebres carmelitas:
l) El
ilustre historiador Juan Bta. Lezana (+1659) escribió este magnifico epitafio:
"Elogio
para fiar a la puerta del paraíso terrenal:
Aquí vive,oh
mortal aquel celeste celador de la honra divina. Elías es de doble espíritu,
perfecto en la pureza, rico en virtudes, pobrisimo en bienes terrenos, gran
amigo de Dios, enemigo del diablo, amable con los buenos, terrible para los
impíos, nacido antes de Cristo, conversó con Cristo, reservado después de
Cristo contra el Anticristo; Patriarca eximio. Profeta celebérrimo. Sacerdote
grande, Monje, Padre de los Monjes, siempre casto, Fénix singular.
De Cristo
futuro apóstol. Mártir, Precursor, Capitán, valiente defensor, heraldo de la
verdad, ardientemente reilgioso, maduro sin quebranto, anciano sin vejez,
mortal sin morir, nutrido sin alimento, de una longevidad sin achaques y -
icosa admirable!- de una vida santísima que no se ha de extinguir hasta la
consumación de los siglos.
Quien
flageló a los tiranos, dio muerte a los sacrílegos, cerró con su palabra las
nubes y tornólas a abrir, ungió Reyes e instituyó Profetas defensores; por los
ángeles fue anunciado su nacimiento, allmentado en Carit, saludado en Horeb,
donde, en medio de fragorosa tempestad y conmoción de los montes, cubriéndose
con su palio el rostro, vio en cuanto era capaz, a Dios, el cual se le
manifestó en el suave céfiro..."
2) El
venerable mariólogo Arnoldo Bostio (+1499) lo llamó:
"Varón
Evangélico antes del Evangello, Apostólico antes del tiempo de los Apóstoles,
despreciador del mundo y de todas las cosas perecederas, apasionado seguidor de
lo eterno, primer Virgen, Monje y Eremita, resplandor de costumbres, regla de
virtudes, heraldo de la Virgen sagrada. Que con la instftución de la virginal
castidad antecedió por mucho tiempo al Cordero sin mancha a donde quiera que
hubiera de ir..."
Elías y el
Carmelo
Un grupo de
cozados llegados a Palestina a mediados del siglo XII, viendo la maravillosa
topografía del Monte Carmelo, tan apto para la contemplación, decidieron
quedarse allí y se entregaron sin reservas a imitar la vida del Profeta de
Fuego, tal como la describían los libros de los Reyes, a base de la tradición
monástica. El lugar les ayudaba a "fabricar la miel dulcísima de la
contemplación".
Supuesto el
vinculo entre Elías y el Carmelo, entre Elias y la vida religiosa, fijado por
los Padres Griegos y Latinos, no es de extraflar que aquellos a quienes ya
Santiago de Vitry había designado como "imitadores del santo varón y
solitario Elías profeta", en el Monte Carmelo..., cerca de la fuente
apellidada de Elías, en la Rubríca Prima de las Constituciones afirman su
descendencia de los Padres tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, quienes
desde el tiempo de Elías y de Eliseo habían habitado en el Monte Carmelo
"para la contemplación de las cosas celestiales".
A pesar de
ello, los carmelitas nunca se llamaron elianos, pues tomarán el nombre, como
tantas otras Ordenes, no del Fundador, sino del lugar donde nacen.
Elias será
para aquellos cozados que se reúnen en el Monte Carmelo la regla viva, que se
propondrán imitar. Para ellos éste será el padre que les infundirá su espíritu:
Carmelitarum Dux et Pater.
Para estos
primeros carmelitas, la cosa fue fácil: deseaban imitar a aquel hombre
extraordinario, tal como lo presentabá la Sagrada Escritura y porque los Padres
lo habían visto como el prototipo del monacato.
Así de
sencillo es el origen del Patríarcado ellano sobre el Carmelo.
Hoy, la así
llamada "Cuestión eliana"sobre la sucesión heriditaria o entronque de
los carmelitas de hoy con el Profeta Elías, que vive 900 años antes de Cristo,
es una cuestión zanjada y, por lo tanto, así admitida: Elías es el Padre
Espiritual o el Inspirador del Carmelo. Así lo ha escrito el P. R. García
Villoslada, S.J.:
"Pero
debemos anadirque no sin fundamento llaman su Padre a Elías, porque los
fundadores y después todos los carmeiltas miraron siempre a aquel Profeta como
a modelo y ejemplar, e inspirados en él, modelaron sus reglas y constituciones.
Moralmente, pues, ha influido el Profeta Elías en la Orden Carmelitana casi
tanto como San Agustín en los diversos Institutos que llevan su nombre, y se
glorían de tenerle por Padre".
Elías, Padre
espiritual del Carmelo
"Elías,
aunque no sea él quien les haya dado una Regla escrita, con todo ha sido el
ejemplo y el modelo de la santa vida de los carmelitas". Así escribió el
célebre humanista benedictino, el Abad Juan Tritemio (+1516).
A esta
afirmación de un extraño a la Orden baste añadir un hecho: Entre las estatuas
de los fundadores de las Ordenes Religiosas que aparecen en la Basílica de San
Pedro en Roma, está también la magnífica e impresionante del profeta Elias, con
la siguiente inscripción, escrita por el mismo Papa Benedicto XIIIel 26.6.1725:
"Universus Ordo Carmelitarum Fundatori suo Santo Eliae Prophetae erexit
1725. (La Orden entera de los Carmelitas, a su Santo Fundador, Elías, Profeta,
la erigió el año 1725").
El entonces
Procurador General de la Orden, Eliseo Monsignani, lleno de alegría, cursó a
los Provinciales esta comunicación: "Ha llegado el tiempo en que, aun
cuando los carmelitas callen, las piedras y los mármoles hablarán y dirán que
el profeta Elías es el Padre y Fundador de los carmelitas".
¿De dónde
arranca esta paternidad eliana?
El
historiador de la primera mitad del siglo XIII,Jaime de Vitry, dice: "A
ejemplo e imitación del santo y solitario varón Elías profeta, muchos
anacoretas se retiraron en el Monte Carmelo..."
En virtud de
esta tradición y de esta historia del patriarcado eliano los carmelitas deben
procurar ajustar su vida a la de él. Fue éste el testamento que según la
tradición dejó San Brocardo, Superior General del Carmelo, a los moradores de
aquella Santa Montaña antes de expirar: "Ajustad vuestra vida a la vida
ejemplar de la Bienaventurada Virgen Maria y de nuestro fundador, el Santo
Profeta Elías".
El ha de ser
para nosotros el espejo en el que a diario debemos miramos, como lo hacia San
Antonio. Es lo que afirma el Bto. Juan Soreth (+1471) en su Exposición de la
Regla: "Nosotros somos los Hijos de los Profetas, no según la carne, sino
por la imitación de sus obras. El Redendor decía a los judíos que se gloriaban
de proceder de Abrahán: "Haced las obras de Abrahán". Así hoy se debe
decir a los carmelitas: "Haced las obras de Elías".
Así nos
presenta a Elías el libro más importante de la espiritualidad Carmelitana
después de la Regla, la Institución, como ejemplo a imitar.
He aquí un hecho
básico e indiscutible: La conciencia moral eliana del Carmelo, su procedencia
eliana en cuanto a la concepción contemplativa y apostólica de la vida
religiosa.
Esto
afirmaba el célebre Tomás Waldense, cuando deseaba que fuera para los
carmelitas N. P. 5. Elías "unafuente de vida espiritual, un ideal que
incita a la imitación y estimula al celo por el Dios de los ejércitos, de modo
que, la vida espiritual del Carmelo halle en él, Elías, su especificación y su
inspiración".
Su
espiritualidad y su mensaje
En cuanto
precede ya va implícita y explícita su espiritualidad y su mensaje para el
hombre de hoy, que no puede ser más actualísimo.
Todo él se
resume en su doble espíritu, que siempre enarboló el Carmelo como fundamento de
su espiritualidad:
Este era su
lema en doble vertiente:
a) Vida
contemplativa, intimidad divina: "Vive el Señor, en cuya presencia yo
vivo, yo estoy" (1 Re 17,1).
b) Vida
apostólica, celo por la gloria de Dios y la justicia: "Me abraso de celo
por el Señor, Dios de los ejércitos" (1 Re 19,10).
Elías
Profeta es el CANTOR incansable del Dios vivo.
Si a este
doble espíritu se le añade el amor tierno y filial a MARIA- a la que según la
tradición él viera prefigurada en la célebre Nubecilla (1 Re 19, 44)- ya está
completo el CARISMA DEL CARMELO.
Nos
recordaba el papa Juan Pablo IIel 24.9.1983:
"Vuestro
carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la
grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo testamento.
El fue un
hombre de Dios, Maestro testigo de oración. Como hijo del pueblo, es un ejemplo
a seguir por vosotros de cómo tenéis que preocuparos de las necesidades del
prójimo. Ello quiere decir que vosotros debéis ser hombres de Dios,testigos de
la transcendencia divina, apóstoles de la Divina economía."
Resumiendo:
que
prediquemos y vivamos al Dios único y verdadero.
que demos
muerte a los muchos ídolos que nos rodean.
que vivamos
siempre en la presencia del Señor.
"que
contemplemos a Maria y tratemos de imitarla.
Su oración
Dios
todopoderoso y eterno, que concediste a tu Profeta Elías, nuestro Padre, vivir
en tu presencia y arder por el celo de tu gloria, concédenos buscar siempre tu
rostro y ser en el mundo testigos de tu amor. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario