La vida de
Dorotea está narrada en una leyenda hagiográfica, una passio antigua del
Martirologio Geronimiano que la describe como "caritativa, pura y
sabia". De fe cristiana, cuando el prefecto Sapricio le pidió que
ofreciera un un sacrificio a los dioses, se negó y fue torturada. El prefecto
la confió a Crista y Calixta, dos hermanas apóstatas, para que la convencieran
de que abandonase la religión cristiana, pero ocurrió al contrario: ambas
volvieron al cristianismo y fueron por ello quemadas vivas, mientras Dorotea
fue condenada a la decapitación.
Por el
camino al martirio, encontró a Teófilo, quien le dijo irónicamente: «Esposa de
Cristo, mándame manzanas y rosas del jardín de tu esposo». Dorotea aceptó y,
antes de la decapitación, mientras rezaba, apareció un niño que le trajo tres
rosas y tres manzanas, a pesar de que estaban en el crudo invierno. Ella le
pidió que se las llevara a Teófilo, quien, visto el prodigio, se convirtió al
cristianismo.
Su
conmemoración litúrgica es el 6 de febrero. Es patrona de los floristas y de
Pescia, y copatrona de Castro, y tiene como atributo iconográfico una cesta de
fruta y flores.
Existen
varias congregaciones religiosas devotas a la santa, cuyas monjas se llaman
Doroteas.
El convento
dedicado a Santa Dorotea en Roma ha sido centro de dos episodios:
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