Sagrado
Corazón de Jesús
En la
Iglesia católica, el Sagrado Corazón es la devoción referida al corazón físico
de Jesús de Nazaret, como un símbolo de amor divino. La devoción al Sagrado
Corazón tuvo su origen en una corriente mística centrada en la persona de
Jesucristo y en su muerte en la cruz, que concebía el corazón como centro vital
y expresión de su entrega y amor total.1 En tal sentido, la devoción al Sagrado
Corazón refiere en particular a los sentimientos de Jesús, y en especial a su
amor por la humanidad, según lo resume el Evangelio de Juan:
Antes de la
fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este
mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó
hasta el extremo.
Evangelio de
Juan 13:1
Esta
devoción insta a quienes la practican a tener, en palabras de Pablo de Tarso,
«los mismos sentimientos que Cristo Jesús» (Epístola a los filipenses 2:5). Un
número importante de congregaciones y de familias espirituales se conformaron
en torno a la devoción al Sagrado Corazón
Historia del
Sagrado Corazón de Jesús
La devoción
al Corazón de Jesús es de origen medieval, siendo los escritos de santa Matilde
de Hackeborn, santa Gertrudis de Helfta y santa Ángela de Foligno los
testimonios más antiguos. Sin embargo, la fuente más importante de la devoción,
en la forma en que la conocemos actualmente, es santa Margarita María Alacoque
de la Orden de la Visitación de Santa María, a quien Jesús se le apareció. En
dichas apariciones, Jesús le dijo que quienes oraran con devoción al Sagrado
Corazón, recibirían muchas gracias divinas.Ya hemos indicado que la devoción al
Sagrado Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de Iglesia. Sin
embargo, hay una fecha concreta en que esta devoción pasó a vivirse con un
enfoque determinado; enfoque que lo dio el mismo Jesús a santa Margarita María
de Alacoque el 27 de diciembre de 1673. El confesor de santa Margarita María
Alacoque fue san Claudio de la Colombière, quien, creyendo en las revelaciones
místicas que ella recibía, propagó la devoción. Los jesuitas extendieron la devoción
por el mundo a través de los miembros de la Compañía, y los libros de los
jesuitas Juan Croisset y José de Gallifet fueron fundamentales para esta
difusión. A pesar de controversias y de opositores, como los jansenistas, los
fieles confiaron en la promesa que Jesús hizo a la santa: "Mi Corazón
reinará a pesar de mis enemigos".
El padre
Mateo Crawley-Boevey SS.CC. ideó un movimiento de regeneración de las familias
y de la sociedad a través de una cruzada moral, y para ello fundó la Obra de la
Entronización del Sagrado Corazón en los Hogares, con repercusiones en todo el
orbe. Uno de sus intereses fue conseguir el establecimiento del Reinado Social.
A mediados
del siglo XX, el capuchino Italiano san Pío de Pietrelcina y el beato León
Dehon promovieron y revivieron el concepto de la oración dirigida al Sagrado
Corazón de Jesús. La difusión de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se
debe a santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con estas
palabras:
"Mira
este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres,
no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e
ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi
amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos
los recibo de personas consagradas
especialmente a mi servicio."
Celebración
litúrgica
En el rito
romano, la fiesta es de 1ª Clase y se celebra la VI feria (viernes) después del
II domingo de Pentecostés (o anteriormente llamado Dominica de la infraoctava
del Corpus Christi). Se celebra de color blanco (u oro).
En el rito
romano reformado por Pablo VI, la celebración del Sagrado Corazón de Jesús
tiene rango de solemnidad, y se festeja el viernes posterior al II domingo de
Pentecostés. Todo el mes de junio está, de algún modo, dedicado por la piedad
cristiana al Corazón de Cristo.3 La difusión de la devoción al Sagrado Corazón
de Jesús se debe a santa Margarita de Alacoque a quien Jesús se le apareció con
estas palabras: "Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor
abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que
sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de
mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos
insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio."
La
aspiración principal de santa Margarita era la aprobación pontificia del culto
público al Corazón de Jesús, sin embargo hubo que esperar al pontificado del
Papa Clemente XIII en 1765 para su aprobación, e incluso limitado a Polonia y a
Roma.
La devoción
al Sagrado Corazón de Jesús cobró auge al ser acogida como devoción propia de
El Apostolado de la Oración (fundado el 3 diciembre 1844 por el P. Francisco
Javier Gautrelet, SJ). En 1861 nació, en Francia, la primera publicación para
promover la devoción al Corazón de Jesús: El Mensajero. Pronto publicaciones
similares surgieron por todo el mundo.
En 1917, en
las pariciones de Fátima, el ángel y la Virgen enseñaron a los niños a rezar y
responder a los designios de los Corazones de Jesús y María. A partir de
Fátima, la devoción a los corazones de Jesús.
El Sagrado
Corazón en el Magisterio de la Iglesia
En su
encíclica papal Auctorem Fidei, Pío VI mencionó la devoción al Sagrado Corazón.
Después de
las cartas de la Beata María del Divino Corazón Droste zü Vischering
(1863-1899) con la petición, en el nombre del propio Cristo, para que el papa
León XIII consagrara el mundo entero al Sagrado Corazón de Jesús, el pontífice
designó comisiones de grupos de teólogos para examinar su petición sobre la
base de la revelación mística y la tradición sagrada. Esta investigación
resultó positiva. Siguiendo la revisión teológica, León XIII, en su encíclica
Annum Sacrum (25 de mayo de 1899) dijo que la humanidad en su totalidad debía
ser consagrada al Sagrado Corazón de Jesús, declarando su consagración el 11 de
junio del mismo año.
Pío XII
desarrolla en su encíclica Haurietis Aquas el culto al Sagrado Corazón que
queda en parte plasmado en el siguiente punto del Catecismo de la Iglesia
Católica:
En el punto
478 que "Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y
amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno de
nosotros: "El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga
2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el sagrado
Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación (cf.
Jn 19, 34), "es considerado como el principal indicador y símbolo...del
amor con que el divino Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los
hombres" (Pio XII, Enc."Haurietis aquas": DS 3924; cf. DS 3812).
España y el
Sagrado Corazón
A través de
los jesuitas, el culto y devoción al Sagrado Corazón llega a España (y a la América
española).
Con la
llegada de Felipe V de España, ésta se ve reafirmada por la carta que escribe a
Benedicto XIII en 1727, pidiendo Misa y Oficio propio del Sagrado Corazón de
Jesús, para todos sus Reinos y Dominios.5
En
Valladolid, el 14 de mayo de 1733, Bernardo de Hoyos, estudiante de Teología en
el colegio San Ambrosio de los jesuitas (actual Santuario Nacional de la Gran
Promesa), recibió la aparición sobrenatural de Jesús para revelarle la promesa
de que: "Reinaré en España, y con más veneración que en otras muchas
partes".
La
consagración pública de España al Sagrado Corazón fue hecha primero por Carlos
María de los Dolores de Borbón y Austria-Este (reclamante Carlos VII de España)
y después el rey Alfonso XIII lo hará de forma oficial en Getafe, en el Cerro
de los Ángeles, centro geográfico de la Península Ibérica.
El hermano
de Carlos Mª de los Dolores, Alfonso de Borbón y Austria-Este publicó el 3 de
junio de 1932 un Decreto sobre el escudo de España utilizado por sus
partidarios, donde entronizó en él el Sagrado Corazón.7
Durante la
Guerra Civil española muchos soldados del bando nacional llevaban Sagrados
Corazones de fieltro adheridos a la ropa y era devoción que servía para detener
las balas enemigas; se les llamaba "detentes".
También fue
muy utilizada (y lo sigue siendo en la actualidad) en España la imagen del
Sagrado Corazón fijada a la puerta como símbolo de la condición católica de una
casa. Una imagen sedente era con frecuencia entronizada en la principal sala de
la casa acompañado de algún lema, del tipo El Sagrado Corazón de Jesús reina en
esta casa.
Probablemente,
una de las celebraciones más espectaculares relacionadas con el Sagrado Corazón
de Jesús en España se da en Alhaurín el Grande (Málaga), donde la Hermandad de
Nuestro Padre Jesús Nazareno realiza sendas salidas procesionales el sábado y
domingo posteriores al Corpus Christi, días en los que es procesionada la
imagen del titular. Esta celebración es conocida como Día de Jesús.
Hispanoamérica
y el Sagrado corazón
A la vez que
la devoción al Sagrado Corazón se extendía por España, por mediación de los
jesuitas y apoyados por la carta del Rey de España al papa, la devoción se vio
impulsada por América y las Filipinas.
La República
del Ecuador, el 25 de marzo de 1873, fue el primer país en el mundo que se
consagró oficialmente al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de
María. Esto se hizo en la Presidencia del doctor Gabriel García Moreno. El
Gobierno Nacional, determinó que en honor a esta consagración se construyera en
Quito una gran basílica denominada Basílica del Voto Nacional.
En el Perú,
la iglesia de San Pedro de los jesuitas (Basílica y Convento de San Pedro) es
el Santuario Nacional del Corazón de Jesús. En junio se realizan en esta
iglesia las celebraciones del Sagrado Corazón de Jesús durante todo el mes,
culminando con una procesión de su imagen; esta procesión se lleva a cabo desde
1878.
El Sagrado
Corazón de Jesús es además el patrono de la Armada de Chile y también el de los
ferrocarrileros.
En Colombia
el 22 de junio de 1902 se realizó la consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
El acto se llevó a cabo en el templo llamado del Voto Nacional, construido como
voto de todos los colombianos pidiendo el fin de la llamada "Guerra de los
Mil Días", por iniciativa de Bernardo Herrera Restrepo. Además en todas
las iglesias de Colombia, desde ese día, se declara al Corazón de Jesús patrono
de Colombia.
Hasta la
reforma constitucional de Colombia en 1991, este país aparecía consagrado al
Sagrado Corazón de Jesús en las primeras páginas de la antigua
constitución[cita requerida].
En México
para ser más exactos en León (Guanajuato) se encuetra el Templo Expiatorio del
Sagrado Corazón de Jesús; además la Catedral de Ciudad Victoria, capital del
estado de Tamaulipas tiene al Sagrado Corazón como patrono. En casi todos los
templos católicos de este país se le dedica una capilla.
Países
Consagrados al Sagrado Corazón de Jesús
Los diez
primeros países en consagrarse al Sagrado Corazón de Jesús son los siguientes:
Ecuador 1874
San Salvador
1875
Venezuela
1900
Colombia
1902
España 1919
Nicaragua
1920
Polonia 1920
Costa Rica
1921
Brasil 1922
Bolivia 1925
República
Dominicana Por confirmar
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