martes, 30 de junio de 2015

SAN BERNARDINO REALINO




SAN BERNARDINO REALINO (1530-1616) nació en Carpi, Módena, Italia, en el seno de una familia ilustre.

De niño, después de haber quedado huérfano a tierna edad, San Bernardino Realino recibió su primera enseñanza con maestros que acudían a su hogar, pero más tarde fue enviado a continuar sus estudios a la Academia de Módena.

A los 26 años obtuvo el grado de doctor en derecho civil y canónico, y decidió desarrollar su carrera como servidor público. Ejerció, así, el cargo de alcalde en varias ciudades pequeñas, destacándose por su rectitud y por su hábil manejo de las finanzas.

En 1565, sin embargo, su vida cambió por completo (cuenta la tradición que a raíz de una aparición del Niño Jesús) cuando San Bernardino Realino toma la decisión de abandonar la carrera de funcionario e ingresar a la Orden Jesuita, recientemente aprobada.

En 1567, San Bernardino fue ordenado sacerdote, y se convirtió en maestro de los jesuitas noveles. Siete años más tarde fundó un colegio jesuita, al cual dedicará el resto de sus días, en la ciudad de Lecce.

Lecce se convertiría en más que su hogar por los siguientes 42 años. San Bernardino, o el padre Realino, estuvo siempre muy cerca de la gente de su comunidad, y supo encontrar siempre la mejor manera de resolver los problemas de todos.

El padre Realino siempre encontraba tiempo para atender y ayudar a la gente sin hacer distinciones de ningún tipo, apoyando por igual a pobres y ricos, a instruidos y a ignorantes, y mostrando siempre una infinita paciencia que contrastaba con su dinamismo.

Antes de fallecer a los 86 años de edad, San Bernardino Realino tuvo el inusual privilegio de convertirse en vida en santo patrono de la ciudad de Lecce.

Los regidores de la ciudad lo visitaron en su lecho de enfermo para preguntarle si aceptaba convertirse en el protector de la ciudad de generación en generación hasta el final de los tiempos.

Con la poca fuerza que le quedaba, pronunció un enfático “sí”. San Bernardino Realino fue canonizado por el papa Pío XII en 1947.

SAN BERNARDINO REALINO nos enseña el valor de empeñar la vida en el servicio a la comunidad.

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