eda el
Venerable (c. 672 – 27 de mayo de 735) fue un monje benedictino en el
monasterio de Saint Peter en Monkwearmouth (hoy en día parte de Sunderland), y
de su monasterio adjunto, Saint Paul, actualmente Jarrow. Ambos monasterios
fueron fundados por San Benito Biscop, su maestro. Es conocido como escritor y
erudito, siendo su obra más conocida la Historia ecclesiastica gentis Anglorum
(Historia eclesiástica del pueblo de los Anglos), que le valió el título de
"Padre de la Historia Inglesa". Beda escribió sobre muchos otros
temas, desde música hasta religión. De hecho, en ocasiones, se le considera un
Padre de la Iglesia más.
Vida
Casi todo lo
que se conoce sobre su vida se encuentra en un anexo añadido por él en su
Historia ecclesiastica (v.24). Completó la obra en 731 y dice que entonces se
encontraba en su 59º año de vida, lo que da una fecha probable de nacimiento en
672-673. También dice que nació en "las tierras de este monasterio".
En su obra
cuenta que fue enviado voluntariamente al monasterio de Monkwearmouth a los 7
años de edad y que se convirtió en diácono a los 19 y en sacerdote a los 30. No
está clara su ascendencia noble. Fue instruido por los abades Benedict Biscop y
Ceolfrid, y posiblemente acompañase a este último a Jarrow en 682. Cuando una
plaga azotó Jarrow en 686 murieron todos los monjes y clérigos que había en el
lugar, con la excepción de Beda y el abad, ellos fueron los encargados de los
servicios religiosos de la comunidad durante varios años.1 Allí pasó su vida,
siempre ocupado aprendiendo, enseñando o escribiendo, siempre celoso con sus
obligaciones monásticas. Allí murió y fue enterrado, pero sus huesos fueron
trasladados a la Catedral de Durham en el siglo XI, en donde fueron depositados
en una urna de oro y plata; sin embargo en 1541 la urna fue robada, y los
restos de Beda se perdieron.1
Beda llegó a
ser conocido como Beda el Venerable al poco de morir, pero esto no fue tomado
en consideración por la Iglesia católica para su canonización. Su erudición e
importancia para el Catolicismo fueron reconocidas en 1899 cuando fue declarado
Doctor de la Iglesia reconociéndolo como San Beda el Venerable.
Una cruz de
gran tamaño fue erguida en su honor en Rocker Point, cerca de Jarrow en 1904.1
En 2013, el
papa Francisco eligió un fragmento de una de sus homilías para su escudo:
Miserando atque eligendo (Lo miró con misericordia y lo eligió).
OBRA
Su obra
muestra que tuvo a su disposición todo el conocimiento de su época. Se estima
que la biblioteca de Wearmouth-Jarrow contaba entre 300 y 500 libros,
convirtiéndose en una de las más extensas de Inglaterra. Parece que Biscop hizo
grandes esfuerzos para recopilar libros en sus numerosos viajes. Beda fue muy
competente en literatura de los padres de la iglesia, Plinio el Joven,
Virgilio, Lucrecio, Ovidio, Horacio y otros escritores clásicos. Conocía algo
de griego pero no hebreo. Su latín es claro y sin artificio y fue un habilidoso
narrador. Sin embargo, su estilo puede ser más oscuro en sus comentarios
bíblicos.
Beda
practicó el método interpretativo alegórico y fue en cierto sentido
"crédulo" con respecto a los milagros; pero en la mayoría de las
ocasiones mostró un buen juicio brillante, y sus tendencias bondadosas y
tolerantes, su amor por la verdad y la justicia, su nada disimulada piedad, y
su devoción al servicio de los demás le daban un carácter extremadamente
atractivo.
Los escritos
de Beda están clasificados como científicos, históricos y teológicos. Los
científicos incluyen tratados de gramática (escritos para sus pupilos), un
trabajo de fenómenos naturales (De rerum natura) y dos de cronologías (De
temporibus y De temporum ratione). Beda hizo un nuevo cálculo de la edad de la
tierra y comenzó la práctica de dividir la era Cristiana en "Antes de
Cristo" y "Después de Cristo". Es interesante anotar que Beda
escribió que la tierra era redonda "como una pelota", en oposición a
ser "redonda como un escudo".
De Temporum
Ratione
Es su libro
más importante en cuanto al ámbito historiográfico. No es un libro propiamente
de historia, sino de cronología y cosmología. En este libro se plantean los
problemas de los calendarios, y el autor intenta establecer una cronología. Su
propuesta es la cronología a partir del nacimiento de Cristo, después de
analizar todos los calendarios.
Beda también
se plantea otros problemas, como los derivados de las fechas litúrgicas
cristianas. Su principal problema radica en la Semana Santa, que se debe
celebrar en la primera luna de primavera, ya que la tradición sólo conoce la
fecha a partir de la tradición de la Pascua judía, como era entonces. También
se plantea el problema de hacerlo en la luna llena o en el domingo siguiente.
Esto, que a primera vista era un problema sin importancia, sin embargo, cobra
esta importancia si pensamos que el resto de las fiestas litúrgicas derivan de
la fecha en la que se celebre la Semana Santa.
En siglos
posteriores, será la fuente de muchas herejías.
Historia
Ecclesiastica
La más
conocida de sus obras es la Historia ecclesiastica gentis Anglorum, que incluye
en cinco tomos (cerca de 400 páginas) la historia de Inglaterra, eclesiástica y
política, desde los tiempos de César hasta la fecha de su conclusión (731). Los
primeros 21 capítulos, que se ocupan del período anterior a la misión de
Agustín de Canterbury, constan de una recopilación de escritores como Orosio,
Gildas, Próspero de Aquitania, las cartas del papa Gregorio I y otras, con la
introducción de algunas leyendas y tradiciones.
Tras 596 usa
fuentes documentales que le cuesta mucho obtener, así como testimonios orales
que emplea con una considerable mirada crítica. Cita siempre las referencias y
se preocupa por 'las fuentes de sus fuentes', las cuales crean una importante
cadena histórica. Se le adjudica la invención de la nota de pie de página. Debido
a innovaciones como ésta de la nota al pie se le acusó de herejía en la morada
del obispo Wilfred, si bien la acusación real fue de errar en el cálculo de la
edad del mundo, al ser su cronología contraria al cálculo de la época. La
controversia está ligada a la nota al pie porque Beda citó a otra fuente en una
nota en lugar de opinar él mismo. Esto hizo que muchos confundieran la
importancia de citar las fuentes.
En la Obra
realiza una narración histórica de Gran Bretaña durante el Imperio romano, en
ella relata de qué manera los acontecimientos políticos que sucedían en Europa
afectaban al desarrollo en la isla, como por ejemplo la campaña de Atila el
Huno, o las invasiones de godos, visigodos y ostrogodos.
Otros trabajos
históricos y teológicos
Su reedición
de la Vulgata tuvo una importancia capital y se mantuvo como la versión oficial
de la Biblia para toda la cristiandad occidental hasta la Reforma protestante,
siendo utilizada por la Iglesia católica hasta 1966.
En lugar de
copiar de otras fuentes, investigaba a partir de fuentes distintas para crear
biblias de un solo volumen, práctica muy poco habitual en la época: con
anterioridad la Biblia había circulado en forma de libros separados. Puede ser
que esta labor de Beda haya ejercido una influencia mucho mayor que su Historia
de los ingleses. Trabajó además en traducciones de partes de la Biblia al
inglés antiguo, pero desafortunadamente no han llegado a nuestros días.
Sus
restantes obras históricas incluyen las vidas de los abades de Wearmouth y
Jarrow, así como la vida en verso y prosa de Cuthbert de Lindisfarne. Sus
escritos más numerosos son los teológicos y consisten en comentarios de libros
del Antiguo y Nuevo Testamento, homilías y tratados sobre partes concretas de
las Escrituras.
Sus últimas
obras, completadas en el lecho de muerte, fueron una traducción al inglés
antiguo del Evangelio de Juan y quizás una poesía vernácula sobre el Juicio
Final.
Poesía
vernácula
Según su
discípulo Cuthbert, Beda también fue doctus in nostris carminibus
("experto en nuestro cantar"). Se entiende además que la carta de
Cuthbert a la muerte de Beda, la Epistola Cuthberti de obitu Bedae, indica que
Beda compuso asimismo un poema vernáculo de cinco versos conocido entre los
estudiosos modernos como La Canción de Muerte de Beda (texto y traducción
Colgrave y Mynors 1969):
Canebat autem sententiam sancti Pauli apostoli dicentis “Horrendum est
incidere in manus Dei uiuentis,” et multa alia de sancta scriptura, in quibus
nos a somno animae exurgere praecogitando ultimam horam admonebat. In nostra
quoque lingua, ut erat doctus in nostris carminibus, dicens de terribili
exitu animarum e corpore
Fore ðæm nedfere nænig wiorðe ðonc snottora ðon him ðearf siæ to ymbhycgenne ær his hinionge hwæt his gastæ godes oððe yfles æfter deað dæge doemed wiorðe. |
Y solía repetir aquella frase de San Pablo "Cosa
temible es caer en las manos del Dios vivo", y muchos otros versículos
de las Escrituras, aprestándonos con ellos a despertar del sueño del alma
meditando sobre la última hora. Y en nuestro propio idioma –pues conocía la
poesía inglesa– hablando del terrible abandono del alma del cuerpo:
Al afrontar este viaje ineludible, ningún hombre puede ser más prudente que lo que de natura puede serlo, Si es que considera, antes de partir de aquí, Lo que a su espíritu para bien o para mal Tras el día de su muerte le está preparado. |
Sin embargo,
como observa Opland 1980, no está del todo claro que Cuthbert le atribuya este
texto a Beda: la mayoría de los manuscritos de la carta no utilizan un verbo
finito para describir la presentación de la canción de Beda, y el tema era
relativamente común en la literatura del antiguo inglés y del anglo-latín. El
hecho de que la descripción de Cuthbert coloque la producción del poema en
antiguo inglés en el contexto de una serie de pasajes citados de las Sagradas
Escrituras, podría ser ciertamente tenido como prueba de que simplemente Beda
también citaba textos vernáculos análogos (véase Opland 1980, 140-141). Por
otra parte, la inclusión del texto en inglés antiguo del poema en la carta en
latín de Cuthbert, la observación de que Beda "era experto en nuestro
cantar" y el hecho de que Beda compusiera un poema en latín sobre el mismo
tema, son datos que parecerían indicar que su relación con el poema vernáculo
fue mayor que la de una simple cita. Al citar el poema directamente, Cuthbert
parece estar implicando que su composición específica era importante de alguna
manera, bien como un poema vernáculo adscrito a un estudioso que, por lo
general parece haber desdeñado el entretenimiento seglar (véase McCready 1994,
esp. 14-19), o como una cita directa de la última composición original de Beda
(véase Opland 1980, 140-141, para un comentario de algunas de las implicaciones
de este episodio).
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