Juan Pablo II
Juan Pablo
II (en latín: Ioannes Paulus II), de nombre secular Karol Józef Wojtyła
(Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920-Ciudad del Vaticano, 2 de abril de
2005), fue el 264.º papa de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad
del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005. Fue
canonizado en 2014, durante el pontificado de Francisco.
Tras haber
sido obispo auxiliar (desde 1958) y arzobispo de Cracovia (desde 1962), se
convirtió en el primer papa polaco de la historia, y en el primero no italiano
desde 1523. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la
historia de la Iglesia católica, después del de san Pedro (se cree que entre 34
y 37 años, aunque su duración exacta es difícil de determinar) y el de Pío IX (31
años).
Juan Pablo
II fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX, recordado
especialmente por ser uno de los principales símbolos del anticomunismo, y por
su lucha contra la expansión del marxismo por lugares como Iberoamérica, donde
combatió enérgicamente al movimiento conocido como la teología de la
liberación, con la ayuda de su mano derecha y a la postre sucesor, Joseph
Ratzinger.
Jugó
asimismo un papel decisivo para poner fin al comunismo en su Polonia natal y,
finalmente, en toda Europa, así como para la mejora significativa de las
relaciones de la Iglesia católica con el judaísmo, el islam, la Iglesia
ortodoxa oriental, y la Comunión anglicana.
Entre los
hechos más notorios de su pontificado destacó el intento de asesinato que sufrió
el 13 de mayo de 1981, mientras saludaba a los fieles en la plaza de San Pedro,
a manos de Mehmet Ali Agca, quien le disparó a escasa distancia entre la
multitud. Tiempo después el terrorista fue perdonado públicamente por el
pontífice en persona. A este se sumó otro atentado ocurrido en Fátima en la
noche del 12 al 13 de mayo de 1982 a manos del sacerdote ultraconservador Juan
María Fernández Krohn, hecho que no trascendió hasta después de la muerte del
pontífice.
Fue uno de
los líderes mundiales más viajeros de la historia, visitó 129 países durante su
pontificado. Hablaba los idiomas siguientes: italiano, francés, alemán, inglés,
español, portugués, ucraniano, ruso, croata, esperanto, griego antiguo y latín,
así como su natal polaco. Como parte de su especial énfasis en la llamada
universal a la santidad, beatificó a 1340 personas y canonizó a 483 santos, más
que la cifra sumada de sus predecesores en los últimos cinco siglos. El 19 de
diciembre de 2009, Juan Pablo II fue proclamado venerable por su sucesor, el
papa Benedicto XVI, quien posteriormente presidió la ceremonia de su
beatificación el 1 de mayo de 2011 (el Domingo de la Divina Misericordia), y
fue canonizado junto con el papa Juan XXIII el 27 de abril de 2014 (otra vez el
Domingo de la Divina Misericordia) por el papa Francisco.
Biografía
Infancia y
juventud
Karol Józef
nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, un pueblo de Polonia cercano a
Cracovia.
Era el menor
de los tres hijos del matrimonio integrado por Karol Wojtyła y Emilia
Kaczorowska. Su madre era una ferviente católica, y se las arregló para que su
hijo naciera cerca de un templo, pues quería que lo primero que oyera su hijo
fueran los «cánticos a Dios». Cuando Karol aún era muy pequeño, su madre le
decía a otras mujeres: Verán que mi pequeño Karol será una gran persona. Su
madre falleció en 1929, cuando él tenía nueve años. Su hermana Olga había
muerto antes de que él naciera. Su hermano mayor Edmund, que era médico, murió
en 1932 por contagio de una enfermedad cuando curó a un hombre de condición
humilde. Junto con su padre, Karol se trasladó a Cracovia para iniciar sus
estudios en la Universidad Jagellónica. Su padre, un suboficial del ejército
polaco, murió en 1941 durante la ocupación de Polonia por la Alemania nazi. Su
padre siempre lo guió en el camino de la fe y el amor cristiano.
Al terminar
sus estudios de educación media, una época en la que destacó como consumado
ajedrecista (llegando a proclamarse vencedor en varios campeonatos
estudiantiles), se matriculó en la Universidad Jagellónica de Cracovia y
también en una escuela de teatro. Cuando las fuerzas de alemanas cerraron la
Universidad, en septiembre de 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una
cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar
que lo deportaran a Alemania. Fichado por la Gestapo, se refugió en una
buhardilla de Cracovia. En esa época se unió al grupo del célebre actor polaco
Mieczysław Kotlarczyk, creador del teatro Rapsódico, con el cual interpretó
papeles de contenido patriótico.
Durante la
ocupación alemana de Polonia, cultivó especialmente la cultura, el teatro y las
amistades, en el contexto del grupo Unia, formado por jóvenes católicos que
pretendían resistir, tanto de forma pacífica (así Wojtyła) como de acción
(ayudando directamente a los judíos o usando la violencia), a la ocupación
nazi. Posteriormente, su situación se complicó y debió refugiarse en los
subterráneos del arzobispado de Cracovia.
Importante
para su crecimiento espiritual fue la persona de un sastre, Jan Tyranowski,
quien le dio a leer a San Juan de la Cruz. Se conocieron en 1940; Tyranowski
reunía a un grupo de jóvenes.
Uno de los
sitios donde más le gustaba ir a rezar y descansar era Kalwaria Zebrzydowska,
donde habían trabajado su abuelo y bisabuelo como guías de los peregrinos que
iban allí.
Educación
pastoral
En 1943
ingresó en el seminario clandestino que había fundado monseñor Adam Stefan
Sapieha, cardenal arzobispo de Cracovia, iniciando la carrera de Teología. Fue
ordenado sacerdote el 1 de noviembre de 1946 en la capilla privada arzobispal.
Poco después
se trasladó a Roma para asistir a los cursos de la Facultad de Filosofía del
Pontificio Ateneo Angelicum, y obtuvo el doctorado en Teología con la tesis El
acto de fe en la doctrina de San Juan de la Cruz.
En 1948
regresó a Polonia y ejerció su primer ministerio pastoral como vicario
coadjutor de la parroquia de Niegowić, en los alrededores de Cracovia, durante
trece meses. En noviembre de ese mismo año obtuvo la habilitación para ejercer
la docencia en la Facultad de Teología de la Universidad Jagellónica. El 17 de
agosto de 1949 se trasladó como vicario a la parroquia de San Florián, en
Cracovia, donde ejerció el ministerio durante dos años, alternándolo con su
trabajo de consejero de los estudiantes y graduados de la universidad estatal
de esa ciudad.
Era muy
popular entre los estudiantes, con los que iba muchas veces de excursión, cosa
que no era común en aquellos tiempos, pues podía llamar la atención de las
autoridades policiales.
Nombrado
profesor de Teología moral y Ética social del seminario metropolitano de
Cracovia el día 1 de octubre de 1953, comenzó en 1954 a impartir clases de
Ética en la Facultad de Filosofía de la Universidad Católica de Lublin, en la
que dos años después fue nombrado director de dicha cátedra.
Obispo en
Polonia:
El 4 de
julio de 1958, el papa Pío XII lo consagró obispo auxiliar de la arquidiócesis
de Cracovia, bajo el administrador apostólico, arzobispo Eugeniusz Baziak.
A partir del
11 de octubre de 1962, comenzó a tomar parte activa en el Concilio Vaticano II.
Destacan sus puntualizaciones sobre el ateísmo moderno y la libertad religiosa.
Realizó una importante contribución a la elaboración de la constitución Gaudium
et spes. El cardenal Wojtyła participó también en las cinco asambleas del
Sínodo de los Obispos, anteriores a su Pontificado. El 8 de diciembre de 1965
pasó a formar parte de las congregaciones para los Sacramentos y para la
Educación Católica, y del Consejo para los Laicos. En 1962, al morir el
arzobispo Baziak, fue nombrado vicario capitular y el 30 de diciembre siguiente
el papa Pablo VI lo consagró arzobispo de Cracovia. El 29 de mayo de 1967 fue
nombrado cardenal, lo que le convirtió en el segundo más joven de la época, con
47 años de edad.
Durante el
sínodo de obispos sobre la catequesis celebrado en octubre de 1977 en Roma,
coincidió por primera vez con Joseph Ratzinger, entonces cardenal de Múnich.
Pontificado:
Artículo
principal: Cónclave de octubre de 1978
El 28 de
septiembre de 1978 murió Juan Pablo I en circunstancias no aclaradas, tras un
pontificado de 33 días. El 16 de octubre de 1978, tras dos días de
deliberaciones del cónclave, Wojtyła fue elegido sucesor de San Pedro. Adoptó
el nombre de Johannes Paulus pp II (Juan Pablo II) y se convirtió, con 58 años,
en el papa más joven del siglo XX y en el primero no italiano desde el
neerlandés Adriano VI (1522-1523). El 5 de noviembre visitó Asís, en el primero
de sus 144 viajes por Italia.
El 25 de
enero de 1979 emprendió el primero de sus 104 viajes fuera de Italia: República
Dominicana y México. El último fue el 14 de agosto de 2004 al santuario mariano
de Lourdes, en Francia. En total visitó 129 países diferentes, algunos de ellos
varias veces.
Juan Pablo
II se propuso el gran objetivo de posicionar a la Iglesia como faro y guía del
mundo contemporáneo, en cinco direcciones:
Nueva
evangelización: mediante una renovación de la fidelidad a la persona de Jesús
de Nazaret y su mensaje de amor universal (Domingo de la Divina Misericordia en
2000, Atto di affidamento delle sorti del mondo alla Divina Misericordia en
2002), en especial hacia los marginados y desfavorecidos, anunciándolo a todos
los pueblos, con gran preocupación por la descristianización de Europa.
Ecumenismo:
mediante el diálogo y el encuentro con las demás Iglesias cristianas y todas y
cada una de las confesiones religiosas.
Compromiso
ético y social: asumiendo la defensa de la dignidad de la persona y los derechos
humanos, así como la promoción de la diversidad cultural de los pueblos y el
impulso de la justicia social y la moral personal. Ha sido en este punto donde
Juan Pablo II ha sido más discutido, al oponerse por igual a las dictaduras
marxistas y al capitalismo liberal y, muy especialmente, en su condena del
aborto, la contracepción y la fecundación artificial, en aras a la defensa de
la vida y la familia. En este terreno Juan Pablo II mostró una clara
desconfianza hacia lo que consideraba una cultura de la muerte fruto de un
materialismo occidental, al que veía como hedonista, relativista e insolidario.
Lucha por la
paz: a través de la mediación en múltiples conflictos y la condena enérgica de
la guerra y la carrera de armamentos, así como la incentivación de iniciativas
de reconciliación y el combate de las desigualdades.
Rigor
doctrinal: Juan Pablo II condenó las posiciones más extremas de la Teología de
la Liberación pero fue más contundente con el ala más conservadora del
catolicismo al excomulgar a monseñor Marcel Lefebvre y desautorizar su
movimiento. Juan Pablo II dio reconocimiento a teólogos en su día sancionados o
cuestionados por sus posiciones aperturistas, creándolos cardenales (Hans Urs
von Balthasar, Henri de Lubac, Yves Congar o Walter Kasper, a quien puso al
frente de la acción ecuménica de la Iglesia). Sin embargo, a través de la
Congregación de la Doctrina de la Fe, presidida por Joseph Ratzinger fue
inflexible con Hans Küng, ya condenado por Pablo VI, y con Bernhard Häring o
Leonardo Boff, debido a sus posiciones reformistas en materia de teología
dogmática y moral y su oposición al magisterio papal. Juan Pablo II se mostró
desfavorable a dar de comulgar a los divorciados vueltos a casar, al matrimonio
de los sacerdotes y a la ordenación de las mujeres.
A lo largo
de sus casi 27 años de pontificado nombró a un total de 232 cardenales.
Como papa,
Wojtyła impuso un nuevo estilo al desechar la silla gestatoria usada por sus
antecesores para mostrarse en público, se acercó a la calle y a las multitudes,
mostrando sus simpatías por niños y jóvenes. Debido a sus múltiples viajes al
extranjero fue conocido entre los medios de comunicación, en particular en
Hispanoamérica, como «el atleta de Dios», «el caminante del Evangelio», el
«papa viajero» o el «papa peregrino».
Durante su
prolongado mandato, Juan Pablo II superó numerosas marcas: no solo fue el
pontífice más viajero hasta el momento, sino también el que proclamó más santos
y beatos durante su pontificado (el número de santos y beatos elevados a los
altares por él equivale al llevado a cabo en los cuatrocientos años
anteriores).
Antes de ser
elegido papa, Wojtyła también mostró su capacidad como poeta, filósofo y
dramaturgo. Entre sus escritos destaca la obra teatral El taller del orfebre,14
convertida más tarde en ópera rock. La obra se publicó por primera vez en
Varsovia en 1960, cuando Wojtyla era obispo auxiliar de Cracovia, mientras que
en España se editó por primera vez en 1980, tras su elección como papa.
Atentado
contra su vida:
Artículo
principal: Intento de asesinato de Juan Pablo II
El 13 de
mayo de 1981 Mehmet Ali Ağca disparó contra el papa, mientras éste se
desplazaba por la Plaza de San Pedro en un vehículo abierto. El pontífice fue
herido en la mano, brazo y abdomen. Pocos años más tarde en diciembre de 1983,
el papa lo visitó a la cárcel de Rebibbia, conversó con él y le otorgó el
perdón. El atentado motivó la construcción de un vehículo especial con
cristales blindados diseñado especialmente para este tipo de actos y que fue
popularmente bautizado como papamóvil. Un año después, en la noche del 12 al 13
de mayo de 1982, Juan Pablo II sufrió un nuevo atentado en Fátima (Portugal)
adonde había llegado para agradecer a la Virgen María por haber salvado su
vida. En esa ocasión un sacerdote español ultraconservador, Juan María
Fernández Krohn, quiso ensartarlo con una bayoneta pero fue inmovilizado apenas
a tiempo, aunque llegó a visualizarse la presencia de sangre en la vestimenta
papal, todo lo cual fue revelado por el cardenal Stanislaw Dziwisz años
después. Desde la agresión de Mehmet Ali Ağca comenzó a sufrir diversos
problemas de salud: además de las dificultades que tuvo para recuperarse de las
heridas de bala que sufrió en el estómago y en una mano, padeció distintos
accidentes y dolencias (ver la sección sobre sus dolencias físicas).
Actividades
después del atentado:
A fines de
los años 80, a pesar de sus dolencias físicas, su actuación en Polonia y su
influencia en los acontecimientos que se produjeron en el entonces bloque
comunista contribuyeran de modo considerable a la caída del comunismo soviético
y a la democratización de Europa oriental, según coinciden distintos
historiadores y escritores.
El 1 de
julio de 1986, Juan Pablo II visitó Colombia —como consecuencia de la tragedia
de Armero en Tolima— y fue al lugar de los hechos, y frente a una gran cruz oró
por un rato y nombró el sitio como lugar santo en honor a los 25 000 muertos de
esa trágica escena que tuvo que vivir el pueblo colombiano una semana después
del holocausto de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá, en el cual
murieron 80 personas (o incluso más).
Más de una
década después, y pese a su implacable deterioro físico, en marzo de 2003 Juan
Pablo II se opuso con todas sus fuerzas y autoridad a la invasión
estadounidense de Irak. En esa misión evidenció la misma determinación que
había mostrado al inicio de su pontificado para mediar el Conflicto del Beagle
entre Argentina y Chile en 1978, cuando se encontraban al borde de un
enfrentamiento.
Entre los
principales episodios de su pontificado está la primera visita de un Papa a una
iglesia luterana (Roma, 1983), la primera a una sinagoga (Roma, 1986), la
Jornada Mundial de Oración por la Paz (Asís, 1986) y la excomunión del obispo
Marcel Lefebvre (1988). Ese año se produjo un hecho histórico: Juan Pablo II
visitó un país ortodoxo, Grecia, y entró en una mezquita, la de Damasco
(Siria), fue la primera vez que un Pontífice católico pisaba una mezquita y
oraba en su interior.
Asimismo,
figuran el primer encuentro de un papa con una comunidad musulmana (Casablanca,
1985), el Jubileo de la Redención de 1983, a partir del cual creó las Jornadas
Mundiales de la Juventud, celebradas en Roma (varias veces), Buenos Aires
(Argentina), Santiago de Compostela (España), Denver (Estados Unidos), Manila
(Filipinas), Czestochowa (Polonia), París (Francia), Toronto (Canadá), Colonia
(Alemania), Sídney (Australia), Madrid (España) y Río de Janeiro (Brasil) y,
próximamente en 2016, en Cracovia (Polonia).
También
destaca el encuentro con el último presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, en
diciembre de 1989, la normalización de la Iglesia católica en los países
europeos hasta entonces comunistas, y la visita realizada en enero de 1998 a
Cuba, donde fue recibido con todos los honores por Fidel Castro.
Aparte de
sus catorce encíclicas, con Juan Pablo II se han publicado los nuevos Códigos
de Derecho Canónico Latino (1983) y Oriental, así como el Catecismo Universal
de la Iglesia Católica (1992), fruto del sínodo especial de obispos de 1985,
dedicado al Concilio Vaticano II.
Juan Pablo
II pidió perdón por los errores cometidos por la Iglesia entre ellos, el del
científico italiano Galileo Galilei ([1564-1642) a quien la Inquisición le hizo
retractarse de sus teorías heliocéntricas el 22 de junio de 1633.
Su gran
deseo, que materializó, fue llegar al año 2000, abrir la Puerta Santa de la
Basílica de San Pedro e introducir la Iglesia en el tercer milenio con el
Jubileo del año 2000. En la primavera de 2000 pudo por fin pisar Tierra Santa.
Visitó el Monte Nebo, donde (según la Tanaj o Antiguo Testamento) el profeta
Moisés vio la Tierra Prometida antes de morir; Belén, Jerusalén, Nazaret y
varias localidades de Galilea.
Durante ese
viaje, Juan Pablo II, el primero en reconocer en 1986 los derechos nacionales
del pueblo palestino y entablar relaciones diplomáticas plenas con Israel en
1994, ofició misa en la plaza del Pesebre de Belén, pidió perdón en el Muro de
las Lamentaciones y en el Museo del Holocausto por los errores cometidos por
los cristianos que persiguieron a los judíos y celebró misa en el Santo
Sepulcro.
Al concluir
su pontificado con su muerte, Juan Pablo II dejó pendientes dos viajes: uno a
Moscú, ante la oposición del patriarca ortodoxo Alejo II, que acusaba a la
Iglesia católica de "proselitismo" en su área de influencia y otro a
China, donde el régimen comunista prohíbe la obediencia de la Iglesia católica
china a la Santa Sede, además de haber conflictos con el Vaticano a causa del
reconocimiento de Taiwán desde 1949.
Dolencias
físicas y muerte:
Artículo
principal: Funeral del papa Juan Pablo II
Juan Pablo
II fue el primer pontífice que salió de la Ciudad del Vaticano para ser
hospitalizado. Desde el atentado del 13 de mayo de 1981, fue internado en el
Policlínico Agostino Gemelli en varias oportunidades: el 20 de junio del mismo
año, por una infección derivada de la herida sufrida; el 15 de julio de 1992,
en que se le practicó una colecistectomía, con extirpación adicional de treinta
centímetros de intestino por presencia de un adenoma tubulovelloso benigno; el
11 de noviembre de 1993, por una luxación del hombro; el 28 de noviembre de
1995 por una fractura femoral; el 8 de septiembre de 1996 para una operación de
apendicitis. El avance de la enfermedad de Parkinson lo debilitó hasta la
indefensión, limitando su capacidad de habla. Su sucesor Joseph Ratzinger
señaló que en los últimos años del pontificado de Juan Pablo II, el sufrimiento
que padeció fue casi una forma de gobierno:
Sí, se puede gobernar también con el
sufrimiento. Sin duda, es algo extraordinario. Pero después de un largo
pontificado y después de tanta vida activa del Papa, era significativo y
elocuente un tiempo de sufrimiento, que devino casi en una forma de gobierno.
Benedicto XVI
Su deterioro
físico se incrementó hasta su fallecimiento en 2005. En aquel año tuvo que ser
hospitalizado por un síndrome de dificultad respiratoria. Se le realizó una
traqueotomía a mediados de marzo. Hacia finales del mismo mes su estado se
agravó y entre el 31 de marzo y el 1 de abril sufrió una septicemia por
complicación de una infección de vías urinarias.
Falleció el
2 de abril de 2005 a las 21:37 (la noche previa al Domingo de la Divina
Misericordia). Pocos minutos después, Monseñor Leonardo Sandri anunció la
noticia a las personas congregadas en la Plaza de San Pedro y al mundo entero.
Los días después de su muerte, algunos periódicos publicaron que su última
palabra fue "Amén", sin embargo el Vaticano desmintió esta versión y
afirmó que las últimas palabras fueron en polaco: "Pozwólcie mi iść do
domu Ojca" (Déjenme ir a la casa de mi Padre). La muerte fue comprobada
por el cardenal camarlengo Eduardo Martínez Somalo. El Camarlengo comunicó la
muerte al cardenal Camillo Ruini, como «Vicario para la Urbe» y el
Cardenal-Decano del Colegio cardenalicio, Joseph Ratzinger, informó
oficialmente a todos los Cardenales convocándolos al Cónclave, al declararse la
Sede Vacante.
Al ser
anunciada su muerte, en medio del rezo del Rosario, el público presente en la
Plaza de San Pedro prorrumpió en nutridos aplausos. Las luces de su habitación
en el Vaticano se apagaron por un instante para comunicar de esta manera el
momento de su fallecimiento, pero luego fueron encendidas nuevamente y así
permanecieron.
Su muerte se
produjo debido a una septicemia y a un colapso cardiopulmonar irreversible,
agravado por su enfermedad de Parkinson. Tenía 84 años y 11 meses. En su
agonía, le dictó a su secretario, Stanisław Dziwisz, una carta en la que decía:
"Soy
feliz, séanlo también ustedes. No quiero lágrimas. Recemos juntos con
satisfacción. En la Virgen confío todo felizmente". El portavoz del papa,
Joaquín Navarro Valls afirmó inicialmente que el pontífice, en sus últimos
momentos, dedicó unas palabras a la multitud, sobre todo gente joven, reunida
en la Plaza de San Pedro (Yo los he buscado y ahora ellos vienen a buscarme,
les doy las gracias), haciendo el gesto de la bendición hacia la ventana de sus
aposentos, hacia los fieles apostados en la Plaza de San Pedro. Sin embargo, el
médico que certificó la muerte ha señalado que el papa permaneció inconsciente
durante los últimos cincuenta minutos de su vida y que, por lo tanto, tales
frases tuvo que decirlas al menos una hora antes de su fallecimiento.
Los funerales
manifestaron el alto grado de aprecio que sentían por Juan Pablo II, no sólo
mandatarios de muchos países, sino también gente de toda condición social.
Tuvieron una alta resonancia política por algunos gestos inesperados, como el
saludo entre los mandatarios de Israel, Irán y Siria
Juan Pablo
Magno:
Después de
su muerte, muchos católicos, desde el cardenal británico Cormac Murphy-O'Connor
hasta el periódico no oficial del Vaticano L'Osservatore Romano, o su sucesor
Benedicto XVI se han referido a Juan Pablo II como Juan Pablo Magno. Aún no se
sabe si este póstumo título se impondrá, ya que no existe ningún procedimiento
formal para asignar este apelativo.
Muchos
seguidores del pontífice demandaron que fuese canonizado tan pronto como fuera
posible, gritando Santo subito ("Santo ya") durante los actos de
exposición pública de sus restos mortales y misas de funeral.
Proceso de
beatificación:
El 13 de mayo
de 2005, el cardenal Camillo Ruini, vicario para la ciudad de Roma, dio
formalmente por iniciado el proceso de beatificación de Juan Pablo II; para
ello, Benedicto XVI concedió el 28 de abril dispensa del plazo de cinco años de
espera después de la muerte requerido por el derecho canónico para iniciar el
proceso de beatificación, de modo similar a como hizo el mismo Juan Pablo II
con el proceso de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta.
El 2 de
abril de 2007, dos años después de su muerte, concluyó la fase diocesana del
proceso de beatificación, reuniéndose todos los testimonios sobre su vida y los
presuntos milagros, entre los que destaca el de la monja francesa Marie Simon
Pierre, quien aseguró haber sido curada de la enfermedad de Parkinson gracias a
la intercesión del Pontífice, que había fallecido dos meses antes.
En una misa
que se celebró en la Plaza de San Pedro el mismo día, el papa Benedicto XVI
aseguró que el proceso avanza «con rapidez».40 En tal fecha, finalizada la
primera fase de su proceso de canonización, le fue concedido el título de
Siervo de Dios.
El 19 de
diciembre de 2009, Benedicto XVI lo declaró venerable. Un milagro atribuido a
su intercesión fue analizado y considerado inexplicable según la ciencia, por
lo que tras diversas reuniones, el papa Benedicto XVI autorizó la beatificación
de Juan Pablo II en enero de 2011. La ceremonia de beatificación se llevó a
cabo el 1 de mayo de 2011 (Domingo de la Divina Misericordia).
A principios
de 2011 el padre Federico Lombardi, portavoz de la Casa Pontificia, anunció la
fecha de la beatificación y el traslado de sus restos mortales, que hasta
entonces se encontraban en la cripta vaticana, hasta la capilla de San
Sebastián de la Basílica de San Pedro, contigua a la de la Piedad de Miguel
Ángel.
Este proceso
de beatificación ha sido catalogado como el más corto de la historia moderna de
la Iglesia Católica, ya que duró seis años y 30 días, superando en un mes el
proceso de beatificación de Teresa de Calcuta. A pesar de ello, y según las
declaraciones de Lombardi, el proceso se ha hecho de manera minuciosa, con
completos estudios sobre el milagro de la curación de sor Marie Simon y la
propia vida del Pontífice.
Canonización:
El 5 de
julio de 2013 el papa Francisco firmó el decreto que autoriza la canonización
de Juan Pablo II y de Juan XXIII
Relaciones
internacionales:
Al inicio
del pontificado de Juan Pablo II, la Santa Sede tenía relaciones diplomáticas
con 84 estados. Al fallecer este papa, las tenía con 173. Igualmente, participa
como miembro de pleno derecho o como observadora en varios organismos
internacionales y regionales.
Las 104
visitas internacionales de Juan Pablo II fueron realizadas mayoritariamente en
su doble calidad de jefe de estado y el de cabeza de la Iglesia católica. Por
ello el gesto del jefe de estado del país receptor (si es de cultura cristiana)
de saludarle primero con la mano (tratándose del encuentro de dos jefes de
estado) y eventualmente después con la clásica reverencia y besamanos. El
primer viaje que Su Santidad Juan Pablo II hizo fue a Santo Domingo, República
Dominicana desde donde se trasladó a México, al que él llamaba «México siempre
fiel», una frase que se ha vuelto inmortal. Los países de América Latina que
más visitó, fueron México en cinco ocasiones, Brasil en cuatro, República
Dominicana y Guatemala en tres (que le servían incluso de sedes para visitar
otros países cercanos), y Nicaragua en dos ocasiones, al igual que El Salvador
y Venezuela.
Juan Pablo
II demostró además ser un hábil diplomático, recién asumido su pontificado
debió enfrentar en diciembre de 1978 la crisis prebélica existente entre
Argentina y Chile47 a causa de la aplicación del Laudo Arbitral dictado por la
Reina Isabel II de Inglaterra referente al conflicto del Canal Beagle. En momentos
en que ambas naciones tenían sus tropas desplegadas a lo largo de la frontera,
existen incluso evidencias que indicarían el inicio de las operaciones
militares. Juan Pablo II, aprovechando los vínculos de los militares con la
Iglesia, influyó decisivamente en impedir el inicio de las hostilidades
enviando al Cardenal Antonio Samoré como su representante, obteniendo la
separación de las fuerzas y el inicio de un proceso de mediación que culminaría
el 29 de noviembre de 1984 con la firma del Tratado de Paz y Amistad entre
ambos países.
Fue un
extraordinario políglota, ya que no sólo llegó a dominar el polaco, esperanto,
griego clásico, latín, italiano, francés, español, portugués, inglés y alemán,
sino que también tuvo suficientes conocimientos del checo, lituano, ruso y
húngaro, además tenía conocimientos de japonés, tagalo y varias lenguas
africanas. Fue un gran deportista en su juventud. Ha sido el primer papa en
hacer un uso intensivo de los medios de comunicación y, en especial, de
Internet para hacer que llegue su mensaje, además de tener acercamientos con
líderes de religiones tales como la judía, musulmana, ortodoxa y tibetana (a
través del Dalái Lama), entre otras.
Resonancia
de su pontificado:
Con uno de
los pontificados más largos de la historia, son muchos los hechos
significativos en él. Respecto de la política mundial, poco antes de su muerte,
la BBCcomentó, refiriendo una significativa toma de postura de Mijail
Gorbachov: "El papa —le dijo Gorbachov entonces a su esposa Raisa— es la
autoridad moral más importante del mundo y es eslavo". El entendimiento
entre ambas personalidades sin duda facilitó el camino hacia la democracia en
el bloque oriental". En palabras de Wojciech Jaruzelski, último mandatario
en la Polonia comunista, la visita de Juan Pablo II a Polonia en 1979, fue el
"detonador" de los cambios. Con ocasión de su fallecimiento, el
presidente del Parlamento Europeo, el socialista José Borrell, escribía:
Me inclino
con respeto ante la memoria de esa gran personalidad que ha marcado de forma
determinante la historia del último cuarto de siglo. (...) Imponía el respeto
por la claridad de sus opiniones y por la sinceridad de sus continuos esfuerzos
en favor de la justicia, la paz y el respeto de la dignidad y de los derechos
humanos. Nadie olvidará sus gestos de apertura y diálogo dirigidos a los
representantes de las demás religiones, particularmente durante los encuentros
de Asís. La historia recordará el determinante empeño de Juan Pablo II en la
reconducción de los Estados de Europa Central y Oriental hacia la democracia y
la libertad. Recordará, asimismo, su actividad, a menudo discreta pero
decidida, en favor del diálogo entre los pueblos y los Estados en conflicto y
por la reanudación de las negociaciones entre los Estados de Oriente Próximo.
El canciller
alemán Gerhard Schröder, declaraba que el papa había «influido en la
integración pacífica de Europa de muchas formas. Por sus esfuerzos y por su
impresionante personalidad, ha cambiado nuestro mundo».
Se destaca
también su empeño en pro de los derechos humanos: "Su empeño como
pontífice fue no sólo el difundir el Evangelio, sino el transformar el papado
romano en el portavoz de los derechos humanos".
El balance
de su vida, desde un punto de vista religioso y personal, lo trazó el entonces
Cardenal Ratzinger —luego Benedicto XVI— en el funeral por Juan Pablo II:
«Sígueme», dice el Señor resucitado a
Pedro, como su última palabra a este discípulo elegido para apacentar a sus
ovejas. «Sígueme», esta palabra lapidaria de Cristo puede considerarse la llave
para comprender el mensaje que viene de la vida de nuestro llorado y amado papa
Juan Pablo II.
Entre
distintas condecoraciones, fue considerado dos veces Una de las 100 personas
más influyentes de la revista Time y en 1994, fue nombrado Persona del año.
Controversias
sobre su pontificado:
Juan Pablo
II tuvo que afrontar durante su pontificado y también tras su muerte diferentes
controversias tanto a nivel interno de la Iglesia como en el encuentro con el
mundo contemporáneo. Entre estas controversias la más célebres fueron:
Durante su
pontificado, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida entonces por
el cardenal Joseph Ratzinger (su sucesor en el papado como Benedicto XVI)
prohibió la enseñanza a teólogos católicos como Leonardo Boff, dentro de un
exitoso movimiento para aislar y neutralizar a los promotores de la Teología de
la Liberación en América Latina, o Hans Küng, uno de los más destacados
teólogos católicos etiquetados como "progresistas".
Los extensos
y trabajados documentos de la Congregación destacan aquellos puntos que son
incompatibles con la doctrina católica.
Otras
críticas internas provinieron de los sectores más tradicionales, especialmente
debido a la excomunión del obispo francés Marcel Lefebvre, líder del movimiento
tradicionalista conocido como la Fraternidad de San Pío X, el 1 de julio de
1988 por consagrar a cuatro obispos sin autorización formal. Juan Pablo II,
además de explicitar su tristeza por esa actitud, señaló las razones de la
decisión en la Carta apostólica Ecclesia Dei presentada en forma de motu
proprio: «Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en
materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como
es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente
la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia —que lleva consigo un
verdadero rechazo del Primado romano—constituye un acto cismático». Ya
fallecidos Lefebvre y Juan Pablo II, y luego de recibir «el compromiso
expresado» por monseñor Bernard Fellay en su nombre y en el de los otros
obispos consagrados de «ser y permanecer católicos», de aceptar «todas sus
enseñanzas con ánimo filial» y de creer «firmemente en el primado de Pedro y en
sus prerrogativas», la censura de excomunión latae sententiae declarada por la
Congregación para los Obispos el 1 de julio de 1988 fue levantada por esa misma
Congregación el 21 de enero de 2009 «como signo para promover la unidad en la
caridad de la Iglesia universal, y por su medio, llegar a remover el escándalo
de la división».
Juan Pablo
II se mantuvo fiel a las normas de moral sexual emanadas de la encíclica
Humanae Vitae, que recordaba la posición de la Iglesia a lo largo de los siglos
sobre este tema (promulgada por Pablo VI en 1968). Al igual que Pablo VI esta
posición recibió críticas por algunos sectores católicos que proclamaban un
cambio de ideología en consonancia con los tiempos; condenó también el uso de
anticonceptivos siguiendo a sus predecesores en el pontificado. Dicha posición
le atrajo duras críticas de sectores que ven a la misma como un obstáculo para
la lucha y la prevención de enfermedades de transmisión sexual como el SIDA y
el control de la natalidad en países en vías de desarrollo. Sin embargo, dentro
de sus principios éticos dio explicaciones profundas a este problema.
Su oposición
a relajar las exigencias de celibato de los sacerdotes, especialmente después
de las presiones de muchos grupos ante los escándalos de algunos ministros en
diferentes países[cita requerida].
La posición
de la mujer dentro de la Iglesia católica: en su vertiente doctrinal reafirmó
la doctrina católica de que la mujer no puede ser ordenada sacerdote y en su
vertiente administrativa y de gobierno, la estructura de la Iglesia, formada
íntegramente por hombres ordenados, no tiene a ninguna mujer en ningún puesto
relevante. Paradójicamente y pese a la confirmación de esta antigua tradición,
el pontificado de Juan Pablo II es el que más avances ha tenido en cuanto a la
posición de la mujer en la Iglesia católica. Algunas mujeres llegaron a
representar a la Iglesia de modo oficial en conferencias internacionales. Fue
además el primer papa de la historia que escribió un documento extenso dedicado
a la mujer, la Carta Apóstolica "Dignidad de la Mujer" en donde se
puede leer: "En el Año Mariano, la Iglesia desea dar gracias a la
Santísima Trinidad por el «misterio de la mujer» y por cada mujer, por lo que
constituye la medida eterna de su dignidad femenina, por las «maravillas de
Dios», que en la historia de la humanidad se han cumplido en ella y por medio
de ella. En definitiva, ¿no se ha obrado en ella y por medio de ella lo más
grande que existe en la historia del hombre sobre la tierra, es decir, el
acontecimiento de que Dios mismo se ha hecho hombre?"
El carácter
ecuménico del pontífice: aunque la Iglesia católica adelanta los diálogos
ecuménicos con las diferentes Iglesias, en el caso de las Iglesias protestantes
no reconoce a sus ministros ni a sus celebraciones eucarísticas como válidas.
Sin embargo, el bautismo de las Iglesias protestantes es válido en virtud del
antiguo credo ecuménico "un sólo bautismo", siempre y cuando sea de
acuerdo a la fórmula trinitaria. Los partidarios de Juan Pablo II, por su
parte, reconocen los enormes avances que ha habido en este campo en su
pontificado y la correspondencia entre más de 400 años de separación de la
Reforma protestante y un proceso de diálogo comenzado abiertamente durante el
Concilio Vaticano II.
Intento de
la Iglesia católica de imponer sus opciones morales en el ámbito civil: los
críticos expresan que en materia de asuntos relacionados con la moral sexual,
como la oposición a la anticoncepción, al matrimonio entre personas del mismo
sexo, la experimentación con carácter terapéutico con células madre
embrionarias, el aborto y la eutanasia, entre otros, es una interferencia de la
Iglesia en el terreno de lo civil. A través de las conferencias episcopales o
mediante la participación de la Santa Sede en numerosos organismos y
conferencias internacionales, la Iglesia intenta incidir en la legislación a la
que considera en contra de la naturaleza humana. Por su parte, la Iglesia, que
confirma el principio de libre determinación de los pueblos, acude al derecho
de participación democrática como otro sujeto social más con derecho a
disentir. Por otra parte, el principal interlocutor de la doctrina y los dogmas
de la Iglesia es el creyente y si bien la Iglesia y las iglesias consideran su
mensaje moral de carácter universal por estar basado en la dignidad humana, el
no creyente viene respetado en su libre albedrío, tal como viene expresado en
el Magisterio, del cual Juan Pablo II no se apartó.
También fue
criticado por visitar países de gobierno dictatorial, como Chile bajo la
dictadura de Pinochet o la Cuba de Fidel Castro, o por haber apoyado la labor
del nuncio en Argentina durante la dictadura militar, Pío Laghi, que, según
defensores de los derechos humanos[cita requerida] en Argentina, apoyó
tácitamente la represión llevada a cabo por los militares. Al tiempo que esto
ocurría, Juan Pablo II criticó públicamente, durante su visita a Nicaragua en
1983 a Ernesto Cardenal, por ocupar un cargo en el Gobierno sandinista, como
ministro de educación del régimen que había derrocado la dictadura de Somoza en
1979. Estos incidentes fueron presentados por sus detractores como un
alineamiento del papado con las dictaduras militares latinoamericanas. Sin
embargo, para otros sectores, visitas como la efectuada a Cuba en 1998,
constituyeron un intento del papa por abrir la dureza de los regímenes, como
hizo en Polonia, su propio país.
Ha sido
también criticado por su excesiva proyección externa y su supuesta obsesión por
las ceremonias multitudinarias, con la consiguiente presencia en medios de
comunicación. Ello habría contribuido a trivializar la figura del papa, hasta
el punto de que diversos ambientes católicos le acusan de haber convertido a la
Iglesia en un espectáculo de masas y no en el lugar de espiritualidad profunda
que debería ser. El propio Juan Pablo II, sin embargo, solía justificar sus
viajes por la oportunidad de hacer presente la doctrina de la Iglesia en todas
partes; muchas veces —afirman sus partidarios— su viaje ha sido ocasión de dar
a conocer al mundo grandes injusticias que de otro modo habrían quedado
oscurecidas, como las graves violaciones a la libertad y los derechos humanos
en la Europa Oriental de entonces o los barrios de favelas en Brasil o el
atraso económico de tantos países de África.
Documentos
de Juan Pablo II:
Encíclicas:
Artículo
principal: Anexo:Encíclicas del papa Juan Pablo II
Juan Pablo
II redactó las 14 encíclicas siguientes (ordenadas cronológicamente y con
enlace al texto completo).
Redemptor
Hominis (4 de marzo de 1979)
Dives in
Misericordia (30 de noviembre de 1980)
Laborem
Exercens (14 de septiembre de 1981)
Slavorum
Apostoli (2 de junio de 1985)
Dominum et
Vivificantem (18 de mayo de 1986)
Redemptoris
Mater (25 de marzo de 1987)
Sollicitudo
Rei Socialis (30 de diciembre de 1987)
Redemptoris
Missio (7 de diciembre de 1990)
Centesimus
Annus (1 de mayo de 1991)
Veritatis
Splendor (6 de agosto de 1993)
Evangelium
Vitae (25 de marzo de 1995)
Ut Unum Sint
(25 de mayo de 1995)
Fides et
Ratio (14 de septiembre de 1998)
Ecclesia de
Eucharistia (17 de abril de 2003)
Libros
escritos por Juan Pablo II:
Mi visión
del hombre: Colección de artículos sobre ética escritos antes que Wojtyła fuera
elegido papa. En la primera parte de este libro se presenta una
"Introducción a la ética", donde el autor expone su opinión sobre los
principales temas que afectan al hombre, como el amor, la felicidad o la
justicia. La segunda parte, "Ensayos de ética personalista", es una
selección de escritos publicados en revistas especializadas. En estos textos
Karol Wojtyła ofrece una significativa aportación para la fundación de una
ética de tipo personalista y presenta al público en español la escuela ética de
Lublin.
Amor y
responsabilidad, un estudio de moral sexual, publicado en 1960, donde aborda
los temas de la sexualidad, el amor, la amistad, la castidad, el pecado, el
matrimonio, la procreación, la paternidad, el control de natalidad y el
divorcio.
Signo de
contradicción:
Persona y
acción. Este libro, la obra filosófica más importante de Wojtyła, presenta la
problemática de la acción y la persona, de cómo la acción nos ofrece el mejor
acceso para penetrar en la esencia intrínseca de la persona y nos permite
conseguir el mayor grado posible de conocimiento de la misma.
Poesías de
Karol Wojtyła:
Don y
misterio: este libro fue publicado el 15 de noviembre de 1996. La ocasión de la
publicación de este libro que ya marca el carácter personal y retrospectivo del
escritor, es debido a que se celebraba su 50 aniversario de ordenación
sacerdotal. Este libro es un testimonio muy personal pero a la vez abarcador de
su vocación sacerdotal: recuerdos y reflexiones, sus memorias sobre los
orígenes de su sacerdocio.
¡Levantaos!
¡Vamos!: libro publicado en mayo de 2004, poco menos de un año después de haber
celebrado su vigésimo quinto aniversario como Sumo pontífice y a los 45 años de
haber sido nombrado obispo, recoge sus íntimas reflexiones sobre su experiencia
episcopal. Este libro complementa la exhortación post-sinodal Pastores gregis
sobre el ministerio del obispo en la Iglesia del 16 de octubre de 2003. Wojtyła
mismo indica que este libro fue tomando forma cuando escuchaba a los demás
obispos dar sus testimonios sobre el ministerio episcopal durante el Sínodo de
Obispos del año 2000 celebrado en Roma. El tono de este libro es muy parecido a
“Don y misterio”. Karol Wojtyła era un hombre que ponderaba lo hermoso del paso
de Dios por su vida y reflexionaba en su corazón profundo y emocionado, el amor
misericordioso de un Dios Padre y tierno. En este escrito, obra de un anciano
físicamente inválido, se evidencia el optimismo cristiano, la esperanza de un
creyente ante el misterio de una vocación dificilísima, sobre todo después del Concilio
Vaticano II. Wojtyła se alegra al revivir sus experiencias particulares. Hace
confidencias y recorre los ríos, montañas, vecindarios, santuarios de su
querida Polonia, rescata conversaciones con sus amigos y conocidos. Incluso
relata palabras y gestos tales como los del arzobispo de Cracovia que, al
recibirlo como obispo auxiliar, dice de él: “Habemus papam”.
Memoria e
identidad:
Tríptico
romano. Meditaciones (2003): Karol Wojtyła afronta las grandes cuestiones de la
vida y de su vida, penetrando en el misterio de su elección como papa e incluso
en la de su sucesor. Consta de tres partes: la primera, "Arroyo", es
una contemplación mística de la naturaleza. La segunda parte,
"Meditaciones sobre el libro del Génesis en el umbral de la Capilla
Sixtina", es una reflexión sobre el hombre, imagen de Dios, desde la
Creación hasta el Juicio Final, inspirándose en la impresionante serie de imágenes
de Miguel Ángel que preside el recinto, donde los cardenales se reúnen cada vez
que van a elegir a un nuevo papa. La tercera parte, "Monte en la región de
Moria", se basa en la evocación de Ur de Caldea, la patria de Abraham, y
la conversación entre el patriarca y su hijo Isaac, al que Abraham estuvo a
punto de sacrificar en el Monte Moria, como prueba de su lealtad a Dios.
Cruzando el
umbral de la esperanza . Libro de entrevistas con el periodista Vittorio
Messori
Discografía:
Juan Pablo
II fue el primer papa que recurrió a los medios fonográficos para divulgar su
mensaje, bien sea en forma de discursos, oraciones (como el Rosario) y cantos
gregorianos entonados por él mismo. He aquí una relación aproximada de sus
grabaciones:
Año
|
Título
|
Compañía
|
1994
|
Rosary (Rosario)
|
Sony Music
|
1994
|
Rosary (en idioma francés)
|
Sony Music France
|
1994
|
Rosary (en inglés y español)
|
Sony Music
|
1994
|
Rosary (en idioma latín)
|
Sony Music
|
1995
|
Rosary (en idioma portugués)
|
Sony Music
|
1999
|
Sony Music Italia
|
|
2003
|
Mai Piu La Guerra
|
EMI Music Italy
|
Documentos
sobre Juan Pablo II:
Discografía:
Año
|
Título
|
Intérprete
|
Compañía
|
1989
|
Cantos Religiosos y Bendición Papal
|
Varios intérpretes
|
Orfeón Discos
|
1995
|
Papal Blessing/Ave Maria
|
Varios intérpretes
|
Gateway Records
|
1998
|
Poems From The Pope
|
Vittorio Gassman
|
Sourdough Records
|
1999
|
From Rome To America
|
Varios intérpretes
|
Sourdough Records
|
2000
|
The Gold Collection: Sings the Poetry of Pope John Paul II
|
Sarah Vaughn
|
Fine Tune
|
Documentales:
El Papa que
hizo la historia producido por el Centro Televisivo Vaticano, distribuido por
HDH Communications, 2006.
Juan Pablo
II - Os cuento mi vida producido por NOVA-T, distribuido por HDH
Communications, 2006.
Las Llaves
del Reino - De Juan Pablo II a Benedicto XVI producido por el Centro Televisivo
Vaticano, distribuido por HDH Communications, 2006.
Juan Pablo
II - Su vida, su Pontificado producido por el Centro Televisivo Vaticano,
distribuido por HDH Communications, 2006.
Juan Pablo
II en los 90 (2001). Producido por el Centro Televisivo Vaticano, distribuido
por HDH Comunications. Este programa fue emitido por varios canales de
televisión, a principios del Siglo XXI.
Visita a
Chile de Juan Pablo II (1997 - 2005) Producidos conjuntamente por el Centro
Televisivo Vaticano y la Corporación de Televisión de la Pontificia Universidad
Católica de Chile (Canal 13) y HDH Comunications. Estos se repartieron en el
Diario el Mercurio de Santiago.
Largometrajes:
Da un paese
lontano (1981), dirigida por Krzysztof Zanussi
Karol: Un
hombre que se hizo Papa (2005) (título original "Karol, un uomo diventato
Papa", dirigida por Giacomo Battiato)
Karol: El
Papa, el hombre (2006) (título original "Karol - Un papa rimasto
uomo"', dirigida por Giacomo Battiato) secuela de la anterior.
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