San Calixto
Papa
Año 222
Señor: envíanos tu Espíritu Santo que
nos vuelva
valientes y perseverantes para
mostrarnos buenos
creyentes hasta el último momento de
nuestra vida.
Calixto es
un nombre que en griego quiere decir: "muy hermoso".
Este
Pontífice se ha hecho famoso por Las Catacumbas de San Calixto, en Roma, que él
organizó (catacumba significa: cueva subterránea). Estas catacumbas son las más
famosas de Roma (según decía Juan XXIII). Tienen 4 pisos sobrepuestos, y más de
20 kilómetros de corredores. Allí se encuentran el famoso sepulcro de Santa
Cecilia y los sepulcros de muchísimos mártires de los primeros siglos.
Dicen que
era un esclavo que un tiempo estuvo condenado a trabajos forzados en las minas.
Recobrada la libertad se dedicó a estudiar la religión de Cristo y a enseñarla
a sus vecinos. El Papa San Ceferino lo nombró como su hombre de confianza en el
año 199 y le encomendó la dirección de las Catacumbas donde sepultaban a los
cristianos. Calixto ensanchó notablemente estas catacumbas y las organizó muy
bien.
Al morir San
Ceferino, el pueblo de Roma eligió como Sumo Pontífice a Calixto, como el mejor
preparado para ello. Pero se le opuso terriblemente un tal Hipólito, aduciendo
como razones para pedir que lo destituyeran del Pontificado, el que Calixto
afirmaba que si un pecador hacía penitencias y dejaba sus maldades se le podía
volver a admitir entre los fieles cristianos católicos, y que a un obispo no se
le podía destituir por un grave pecado que hubiera cometido, si se arrepentía y
empezaba una vida de conversión y penitencia. Calixto sabía ser comprensivo.
Este Santo
Pontífice convirtió a muchos romanos al cristianismo, curó a varios enfermos
que padecían de enfermedades muy graves, y defendió cuanto más pudo a los
creyentes perseguidos.
Nuestro
santo ayunaba días y semanas y hasta 40 días seguidos. Cuando los perseguidores
lo llevaron preso por proclamar su fe en Jesucristo, lo echaron a un oscuro
calabozo, esperando que se desesperaría por hambre. Pero después de unos días
lo encontraron muy tranquilo. Le preguntaron cómo lograba mantenerse sereno sin
comer ni beber y les dijo: "Acostumbré a mi cuerpo a pasar días y semanas
sin comer ni beber, y esto por amor a mi amigo Jesucristo, así que ya soy capaz
de resistir sin desesperarme".
En la cárcel
consiguió con sus oraciones la sanación de la esposa del carcelero cuando ya la
pobre mujer estaba agonizando. En acción de gracias, el carcelero y toda su
familia se hicieron bautizar por él.
Entonces el
jefe pagano de Roma ordenó que lo echaran en un pozo profundo y que cubrieran
la boca del pozo con tierra y escombros. Todavía en Roma señalan a los turistas
el pozo de San Calixto, desde donde su alma voló al cielo a recibir el premio
prometido por Cristo Jesús a los que lo proclaman en la tierra.
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