El papa san
Hormisdas envió a este santo prelado, con otros legados, ante el emperador
Justino el año 519, con la misión de convencer a los bizantinos para que
pusiesen fin al «cisma acaciano» que había durado ya treinta y cinco años. La
embajada tuvo éxito, y se firmó la famosa «Fórmula de Hormisdas». Gregorio el
Grande afirma, en base a la autoridad de «sus mayores», que mucho después de la
muerte del diácono romano Pascacio, san Germán le vio todavía en el purgatorio,
porque se había unido al cisma que organizó Lorenzo contra el papa san Símaco;
Pascasio expiaba su culpa al prestar servicio a los que acudían a las fuentes
de aguas termales, a las que san Germán tuvo que ir por motivos de salud. Pocos
días después, Pascasio salió del purgatorio gracias a las oraciones de Germán.
Este fue amigo personal de san Benito; san Gregorio cuenta que hallándose San
Benito en Monte Casino, vio a los ángeles llevar a la felicidad eterna el alma
de san Germán, cuya muerte ocurrió el año 540.
Una 'Vita'
escrita a mediados del siglo IX nos informa algunos detalles más: Germán nació
en Capua, hijo de Amancio y Juliana, familia prominente de la ciudad. A la muerte
de su padre, Germán, heredero de una considerable fortuna, prefirió, con el
consentimiento de la madre, desprenderse de todo y darlo a los pobres, para
dedicarse a la oración y la vida espiritual. En el 519 muere el obispo de
Capua, Alejandro, y Germán es elegido según la usanza de la época, es decir,
por el clero y la aclamación popular, a lo que resistió un poco, para
finalmente aceptar el nombramiento.
Además de
ser amigo de san Benito, lo fue también de san Sabino, obispo de Canosa y del
papa san Juan I. Inicialmente Germán fue sepultado en Capua la Vieja, en la
iglesia de San Esteban, iglesia en la que el propio Germán había hecho colocar
las reliquias del santo protomártir; esta iglesia había sido construida por
Constantino el Grande, y allí Germán fue venerado por largo tiempo. Pero en el
866 el emperador Ludovico II pasó cerca de un año en Capua, y cuando se iba,
llevó el cuerpo de san Germán, cuyas reliquias repartió en dos distintos
lugares: en la ciudad de Cassino (al pie de Monte Cassino), que por crecer
tanto el fervor a san Germán paso a llamarse ciudad de san Germán, hasta que
recibió de nuevo su nombre original en el siglo XIX; y en Piacenza, en la
iglesia de San Sixto, que al final fue la única ciudad donde se conservaron.
Piacenza volvió a donar reliquias del santo a la ciudad de Cassino, de la que
es especial patrono y muy venerado, pero tanto las representaciones artísticas
del santo en Monte Cassino, como sus reliquias se perdieron en la incivilizada
y cruel destrucción norteamericana de la abadía de Monte Cassino en 1944.
La primera
parte del artículo proviene de Butler, los datos de la 'Vita' y el traslado de
las reliquias, fueron traducidos y resumido para ETF a partir de un artículo de
Antonio Borrelli en Santi e Beati. La imagen es de la estatua de San Germán
realizada en 1483 para la iglesia de su título en la ciudad de Cassino. La
«Vita» del siglo XI que menciona Borrelli puede verse en Acta Sanctorum, oct.
XIII; debe notarse que la identificación entre este Germán y el legado del papa
Hormisdas es probable, pero no del todo segura.
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